En octubre del 2020 termina el acuerdo entre el Vaticano y el Partido Comunista Chino para el nombramiento de obispos en Iglesia católica en el país asiático. El canciller de Estados Unidos le pidió al Vaticano no renovar el acuerdo, pues al hacerlo está poniendo en riesgo su «autoridad moral» y llamó al Vaticano a unirse al llamado contra la persecución religiosa.
«Hace dos años, la Santa Sede llegó a un acuerdo con el Partido Comunista de China, con la esperanza de ayudar a los católicos chinos. Pero los abusos del Partido Comunista contra los fieles solo empeoraron», declaró Pompeo:
El Departamento de Estado es una voz fuerte a favor de la libertad religiosa en China y el mundo. Continuaremos del lado de los católicos chinos y le pediremos al Vaticano que se una a nosotros.
Two years ago, the Holy See reached an agreement with the Chinese Communist Party, hoping to help China's Catholics. Yet the CCP’s abuse of the faithful has only gotten worse. The Vatican endangers its moral authority, should it renew the deal. https://t.co/fl0TEnYxKS
— Secretary Pompeo (@SecPompeo) September 19, 2020
Los católicos se han destacado en la lucha por la libertad de Hong Kong
Pompeo también citó la represión contra los católicos y su rol por la libertad en Hong Kong. Martin Lee y el magnate de los medios Jimmy Lai, prominentes católicos, fueron privados de su libertad por orden del régimen comunista chino.
Hasta el presente año, cuando China puso en marcha su ley de seguridad, que le quita soberanía a Hong Kong, la isla era un refugio para la libertad de expresión y de culto.
Semanas antes de su detención, Lai advirtió en el Congreso de la Universidad Acton (que promueve el libre mercado para impulsar la doctrina social de la iglesia), que su vida y su libertad estaban en riesgo si el régimen comunista implementaba la ley de seguridad y llamó al presidente Donald Trump a liderar al mundo libre contra China.
El papa Francisco restituyó las relaciones con China después de 57 años de ruptura
Católicos como Lai vivían en Hong Kong para practicar su fe sin persecución, pues de la mano del comunismo China persigue a los fieles. Pero Hong Kong está perdiendo su soberanía y con ello la libertad religiosa.
El rompimiento entre el Vaticano y China se dio en 1951 (dos años después de la revolución comunista), tras el reconocimiento del primero a la independencia de Taiwán, a quien el segundo considera una «provincia rebelde». No fue hasta el acuerdo de 2018 cuando el Vaticano le otorgó a China un papel activo en el nombramiento de obispos, que hasta entonces habían sido elegidos por el papa.
Tal como hizo con Taiwán más de medio siglo atrás, Pompeo insiste en que el Vaticano debería pararse ahora junto a los católicos y al pueblo de Hong Kong
The @StateDept has been a strong voice for religious freedom in China and around the world and has taken steps to hold those who abuse the faithful responsible. We will continue to do so and stand with China's Catholics and religious believers. We call on the Vatican to join us.
— Secretary Pompeo (@SecPompeo) September 19, 2020
¿El papa Francisco se vendió a los comunistas?
Por eso el cardenal Zen, que fue perseguido y exiliado por el régimen comunista chino, respondió enfáticamente «¡Sí!» cuando le preguntaron si el papa Francisco se vendió a los comunistas: «Los comunistas no quieren llegar a un consenso, quieren que te rindas», explicó el obispo en el minidocumental La guerra de China contra los cristianos».
«Olvidamos que nunca se puede tener realmente un buen acuerdo con un régimen totalitario», dijo ya en septiembre del 2018 el obispo emérito de Hong Kong, el cardenal Zen, cuando el papa Francisco I firmó un acuerdo provisional entre el Vaticano y la dictadura comunista de China.
«Los católicos y otros creyentes eran arrestados y enviados a campos de trabajo. Yo volví a China en 1974 durante la Revolución Cultural, y la situación era terrible, peor de lo que puedan imaginar. Era una nación bajo la esclavitud y olvidamos estas cosas fácilmente», afirmó el cardenal Zen.
Para comprender la posición tomada por el papa Francisco, quien llegó a ser la máxima autoridad de los jesuitas, fuertemente influenciados por la teología del pueblo, el cardenal Zen asegura que «Francisco puede tener una simpatía natural por los comunistas porque para él ellos son los perseguidos. Él no los conoce como los perseguidores en que se convierten una vez en el poder, como los comunistas de China».
Musulmanes en China viven en campos de trabajo forzado
En la actualidad, la persecución religiosa conlleva detención en campos de concentración, esterilización forzada, extracción de órganos, entre otros vejámenes, han sido los atropellos sufridos por alrededor de un millón de uigures, la minoría musulmana de Xinjiang, China, donde Disney filmó su última producción: Mulán.
Pompeo llama «guerra contra la fe» al accionar del Partido Comunista Chino y pone como ejemplo a los musulmanes constantemente vigilados.
No regime suppresses faith on a larger scale than the Chinese Communist Party. Over 1 million Uyghurs and other Muslims have been forced into internment camps, subject to surveillance, torture, forced abortions, and sterilizations– all part of the CCP's decades-long war on faith. pic.twitter.com/iTDyP31P3d
— Secretary Pompeo (@SecPompeo) September 20, 2020
En rechazo a este sistema de control, el cardenal Zen llamó a los católicos a volver a las catacumbas, como en los tiempos de los primeros cristianos.
La Biblia llama al amor al prójimo. Nadie ama al prójimo como los americanos dijo Pompeo. Por ello llama al Vaticano a unirse a los EE. UU. en defensa de la libertad religiosa y contra China.
Frente a las próximas elecciones en EE. UU. la lucha a favor de la libertad religiosa está en la agenda republicana, de la mano de la lucha contra el socialismo. Mientras el caso cubano y venezolano sirven para mostrar el fracaso de este sistema en el plano político y económico, el caso chino expone el mayor grado de persecución ideológica y religiosa. Y si algo aman los americanos es su libertad, primer derecho suprimido por los regímenes socialistas.