La expresidente Cristina Fernández de Kirchner en su último discurso del 20 de junio presentó una puesta en escena diferente a la que solía usar el kirchnerismo en el Gobierno. Con una estética diferente, un escenario en medio de la gente y un discurso con poca ideología y mucho de actualidad, todos los analistas políticos coincidieron que el acto parecía más una presentación macrista que kirchnerista.
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En la víspera de la presentación de listas para las elecciones legislativas de este año, el espacio político de la expresidente tiene el desafío de seducir al electorado ante el complejo panorama que generan los innumerables casos de corrupción ocurridos en la década de Néstor y Cristina.
La estrategia adoptada del kirchnerismo es repetir que cada causa está en manos de la justicia, desligarse de los casos que fueron ya comprobados y asociarlos a hechos puntuales no generales, con responsables determinados, que no deberían manchar a todo el movimiento político por sus responsabilidades.
Sin embargo el diputado nacional José Ottavis (conocido por su perfil mediático que cosechó en programas del espectáculo y por sus escandalosos noviazgos con vedettes) realizó una dura autocrítica que parece complicar más que ayudar a la expresidente:
“Hicimos muchas cosas mal, fuimos corruptos, fuimos mentirosos, fuimos manipuladores, fuimos interesados, pero todas las personas son así”.
Para el legislador la problemática que reconoce en el kirchnerismo es un problema social general de la Argentina y no algo exclusivo de su espacio político.
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Ottavis, destacó en la entrevista que Cristina Kirchner es su “jefa política” y que estas elecciones de medio término servirán para que la ciudadanía se exprese sobre si están mejores ahora con Macri o cuando ellos gobernaban.
Fuente: Infobae