Santiago Maldonado, de 28 años y oriundo de la provincia de Buenos Aires, se había instalado en el Bolsón, ciudad cercana a Bariloche en Río Negro, donde se desempeñaba en una feria como artesano y tatuador. Hace 16 días participó de una manifestación de un grupo Mapuche, y luego de un desalojo por parte de Gendarmería Nacional, no se supo más nada de él.
Sus allegados confirmaron, que a pesar de no ser un activista, sí era un defensor de los reclamos territoriales de los pueblos originarios, lo que explica su presencia en el reclamo el 1 de agosto, último día que se lo vio a Maldonado.
El desaparecido se había movilizado hasta la localidad de Cushamen donde la agrupación “Resistencia Ancestral Mapuche” se manifestaba en favor de que se le otorguen terrenos del empresario italiano Luicano Benetton, que consideran propios, y por la liberación del dirigente Facundo Jones Huala, detenido en junio.
Los mapuches cortaron la ruta que conecta la ciudad con el vecino país de Chile, motivo por el cual las autoridades desalojaron la manifestación por orden judicial liberando el paso.
Desde el kirchnerismo y sectores de izquierda se apuntó contra el gobierno, al que acusan de responsable por un “nuevo desaparecido en democracia”, buscando reflotar la figura de los desaparecidos durante la última dictadura militar.
En la mañana de hoy la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, se presentó en el Senado para responder las preguntas de los legisladores respecto al caso Maldonado.
Bullrich destacó que el gobierno no avalaría ningún abuso por parte de la Gendarmería y que es necesario “lograr entre todos abrirnos a todas las posibilidades de hipótesis y buscar a Santiago sin prejuicios”.
Según la cuñada del desaparecido, la última vez que un testigo vio a Maldonado fue cuando Gendarmería lo subió a una camioneta durante el desalojo.