
Antes de las elecciones primarias de agosto, la expresidente Cristina Fernández de Kirchner, decidió, al ver que Florencio Randazzo se había anotado como un candidato por el peronismo, alejarse formalmente del partido para no competir con nadie.
Si bien desde el Partido Justicialista le advirtieron que esa división de votos favorecería al macrismo, Kirchner pensaba que con ella sola alcanzaba…pero no alcanzó.
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Cuando se abrieron las urnas lo que se supo es que tanto Cambiemos como el kirchnerismo obtuvieron el 34 %, Sergio Massa salió tercero con 15 % y Florencio Randazzo cuarto con el 6 %. Los que buscaban la unidad del peronismo en todas sus vertientes manifestaron luego del resultado, que de haber existido internas, el peronismo iba como candidato principal para octubre. Ahora corre por detrás.
Ante la alarma de confirmar que algunos votos de Massa podrían ir rumbo a Cambiemos y que Randazzo no se bajaría de la competencia, Cristina Kirchner decidió como estrategia de posicionamiento escribir una carta abierta a “todos los votantes opositores”.
En el texto subido a las redes sociales, la exmandataria no menciona a sus adversarios dentro de la oposición, pero pide a sus votantes que la acompañen a ella. El argumento es que es necesaria la unión de “todos los que no votaron al oficialismo” para frenar al “GRAN” (con mayúsculas) ajuste que vendría después de las elecciones.
La respuesta por parte del peronismo, que necesita desesperadamente la unidad que le puede dar un nuevo liderazgo, fue lapidaria.
Por el lado de Florencio Randazzo la respuesta llegó con otra carta abierta difundida por los medios de comunicación:
“Te fuiste del peronismo, creaste un partido llamado Unidad Ciudadana, y evitaste las primarias. Entonces pregunto: ¿Quién fragmentó a la oposición?”
El exministro de Transporte de la expresidenta no se guardó críticas para la que en su momento fue su jefa política, a la que responsabilizó no sólo de la fragmentación opositora, sino de la presidencia de Macri:
“Queremos decirte que “el GRAN ajuste”, como lo llamás, ya lo vienen sufriendo los argentinos. Sólo es posible porque Macri es presidente. Y Macri es presidente como consecuencia de una estrategia electoral ideada por vos”.
Por el lado del otro exaliado, Sergio Massa, la respuesta también estuvo caracterizada por la dureza de los términos:
“Ahora querés unirte porque no te alcanza para la elección, porque se desnudó tu debilidad… Me parece de una hipocresía enorme”.
Definitivamente la convocatoria de la expresidente no salió como ella esperaba y los adversarios, a los que subestimó ante la posibilidad de una interna, hoy le pasan factura por la soberbia que tuvo hasta hace muy poco.
Por la actitud de los dirigentes del peronismo, todo da a entender que la estrategia para lidiar con la exmandataria es hacerla desaparecer del escenario político mayor, para poder comenzar la reconstrucción. Saben que para este año ya es tarde y la apuesta es al mediano o largo plazo. Paradójicamente, el socio para mantener con vida en la política a la expresidente es Mauricio Macri, quien se está beneficiando por su vigencia no mayoritaria en el campo de la oposición.