Luis D’Elía personificó durante los años del kirchnerismo a la facción más extremista y violenta del modelo liderado por Néstor y Cristina. Pero luego de perder el poder a manos de la coalición liderada por Mauricio Macri, la suerte del dirigente cercano al terrorismo iraní comenzó a cambiar.
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Ya en las primeras elecciones del kirchnerismo en el “llano”, Luis D’Elía tuvo que enfrentar la triste realidad de que su mismo espacio político no lo quería cerca. Primero no lo dejaron presentarse como candidato en el Frente de Unidad Ciudadana (ni dentro de la lista ni disputando una primaria) y después le dijeron que ni se presentara en el acto de cierre de campaña.
“Es una semana difícil. El día sábado me llamó el doctor Parrilli y me pidió que no vaya a Racing, me dijo que los que conducen la campaña creen que soy piantavotos —personaje de mala imagen pública—, que le resto a Cristina. Y yo no voy a estar porque me pidieron que no esté. Así valoran los jefes de campaña“, reconoció el mismo D’Elía luego de compartir la noticia en su cuenta de Twitter.
Pero su referencia a la “semana difícil” indica preocupaciones bastante mayores a la de perderse un acto de su jefa política. D’Elía sospecha que el juez Claudio Bonadio puede detenerlo por el supuesto encubrimiento del atentado a la AMIA (Asociación Mutual Israelita Argentina).
“Creo que quieren montar un show conmigo. Creo que voy a quedar preso sin ningún argumento judicial, y lamentablemente creo que lo que viene será muy duro”, resaltó.
Para el fiscal Alberto Nisman, que apareció muerto con un disparo en la cabeza en su departamento, Luis D’Elía fue uno de los hombres de confianza de Cristina Kirchner que negociaron un supuesto pacto de encubrimiento del atentado con Irán a cambio de un acuerdo comercial, donde Argentina entregaría productos agropecuarios a cambio de las reservas energéticas que el país necesitaba en medio de una crisis de desabastecimiento.