Mediante un comunicado, el Fondo Monetario Internacional confirmó que ya fue aprobada la acreditación del primer pago del préstamo a Argentina. El monto de esta primera transferencia es de 15 mil millones de dólares. Cabe destacar que el total pactado por los funcionarios de Mauricio Macri y el organismo internacional fue de $50 mil millones. El resto ($35 mil millones) estará a disposición durante los próximos tres años, tal cual fue acordado, siempre y cuando el Gobierno argentino cumpla con las reformas y objetivos prometidos. En el informe de prensa del FMI se advierte que el saldo será girado según “exámenes trimestrales a cargo del Directorio Ejecutivo” que controlará el desarrollo de las promesas argentinas.
De estos primeros $15 mil millones, ya está confirmado que aproximadamente la mitad, unos $7.500, serán utilizados para cubrir el rojo presupuestario inmediato del Estado argentino.
“El plan económico de las autoridades argentinas, respaldado por el Acuerdo Stand-By, busca reforzar la economía del país restableciendo la confianza del mercado mediante un programa macroeconómico coherente que reduce las necesidades de financiamiento, encauza la deuda pública argentina por una trayectoria descendente firme y afianza el plan de reducción de la inflación mediante metas de inflación más realistas y el fortalecimiento de la independencia del Banco Central”, indica el parte de prensa del FMI.
“La existencia del FMI puede incentivar a evitar las correcciones”
En diálogo exclusivo con PanAm Post, el economista argentino Adrián Ravier advirtió que en el pasado al país le fue mal con el Fondo y que comparte con Henry Hazlitt la visión de los incentivos peligrosos que estas entidades generan:
“El economista, en su libro La conquista de la pobreza, dice que si un país no contara con ayuda extranjera del FMI, del BM o del BID o de algún otro gobierno, estaría obligado a hacer las correcciones a los desequilibrios. Cuando uno cuenta con estos recursos, luego puede evitar postergar o buscar otras vías”, resaltó Ravier.
Con relación a las malas experiencias del pasado, el economista advirtió que se pueden repetir, pero no necesariamente. “Si hay una buena noticia, es el compromiso de Argentina ante este desembolso de generar mejores metas monetarias y fiscales, como también fortalecer la autonomía del Banco Central. De concretarse estas acciones estamos hablando de reformas en la dirección correcta”.
Para Ravier la última devaluación del peso puede contribuir a una desaceleración de la economía que podría llegar a complicar el compromiso del Gobierno argentino con el FMI. “Le preguntaría al ministro Dujovne por el impacto de los últimos meses, ya que las metas están apoyadas en una buena recaudación de un primer trimestre y las recientes devaluaciones podrían tener un impacto negativo en la actividad, que podría generar inconvenientes con las metas, que son exigentes”.