Luego de una hegemonía de 17 años, la rama universitaria del Partido Obrero, de orientación trotskista, perdió el control de la Federación Universitaria de Buenos Aires (FUBA). La izquierda cayó ante un armado independiente con participación radical y peronista en una elección histórica, pero sin embargo no aceptaron los resultados y por estas horas se movilizan para impedir la formalización de las nuevas autoridades electas.
El Consejo Superior de la Universidad de Buenos Aires (UBA) debe convalidar el resultado de la elección, pero los manifestantes de izquierda buscan, mediante la fuerza, impedir la sesión y mantienen un enfrentamiento con la Policía de la Ciudad, que busca impedir el ingreso de los militantes del PO.
Cabe destacar que según el veedor del Consejo General de Justicia, que auditó el proceso electoral, los comicios fueron legítimos y no hay ninguna razón para que las nuevas autoridades puedan ser confirmadas.
Luego de 5 años sin actividad democrática e institucional, el oficialismo de izquierda perdió el manejo de la FUBA con 66 votos de los 130 congresales, resultado que convierten a Francisco Strambini (Movimiento Linealmente Independiente de la Facultad de Ingeniería) como presidente. La vicepresidencia quedó en manos de una aliada, Ayelen Petracca, dirigente de la rama juvenil peronista.
“La izquierda respeta la democracia cuando gana”
Agustín Laje, escritor y coautor del bestseller “El libro negro de la nueva izquierda”, conversó en exclusiva con PanAm Post y destacó dos cuestiones: que la izquierda acepta los resultados del proceso electoral cuando le conviene y que no espera grandes cambios con la nueva alianza en la FUBA. “Se cambia la izquierda dura por la izquierda blanda”.
Para el joven autor, la universidad es un “espacio de poder político cuya magnitud nunca es suficientemente considerada por la gente que no llega a divisar la íntima relación entre la cultura y la política”. Según Laje, los centros de estudio son fundamentales, ya que “quien los controle se hace dueño de las ideas dominantes en la sociedad”.
“La izquierda sigue demostrando que, cada vez que pierde por procesos electorales el poder, la democracia no significa absolutamente nada. Esto es curioso, ya que el grueso de la sociedad sigue comprando el discurso de que las fuerzas democráticas están vinculadas a la izquierda”.
Respecto al futuro, de asumir las nuevas autoridades, Laje resaltó que no es demasiado optimista ya que esto fue una “lucha de poder entre primos hermanos” y no hay un nuevo grupo con aires de renovación.