La gestión de Mauricio Macri tajo consigo la promesa de cambio. Incluso, el nombre de la alianza con la Unión Cívica Radical y la Coalición Cívica que lo llevó al Gobierno se llama “Cambiemos”. Pero para que el plan propuesto que triunfó en las urnas se cumpla, aunque sea en parte, es necesario que desaparezca de Argentina el comportamiento extorsivo y patotero de los sindicatos.
Antes de los últimos sobresaltos económicos y el salvataje del Fondo Monetario Internacional, el Gobierno tuvo el coraje de ir en contra de algún jefe sindical que se las vio con la justicia, pero al día de la fecha el armado extorsivo gremial general sigue siendo igual de perjudicial que antes.
En las últimas horas se conoció otro triste capítulo en la historia de aprietes sindicales argentinos: un vuelo de Aerolíneas Argentinas fue suspendido tras la descompensación física que sufrió un piloto luego de ser amenazado y obligado a leer un comunicado.
El vuelo 1893, que salía de Ushuaia rumbo a Buenos Aires, no se pudo realizar luego del confuso y repudiable episodio que terminó con el piloto siendo atendido por los médicos y las lógicas complicaciones para los pasajeros que no pudieron realizar su viaje. Entre ellos se encontraba una mujer enferma de cáncer que debía estar a primera hora realizando una sesión de su delicado tratamiento.
Por los altoparlantes de la aeronave, donde se escuchan los usuales comunicados de los oficiales de abordo, fue leído el parte sindical que apunta contra la desregulación y competencia que está generando el ingreso de las low cost.
“Señores pasajeros, les habla el comandante, quiero agradecerles haber elegido volar con Aerolíneas Argentinas”, comenzó el comunicado que aparentaba ser un anuncio tradicional de cualquier vuelo comercial. Sin embargo, las palabras del piloto fueron en otra dirección: “Hoy vemos con preocupación que el Ministerio de Transporte de la Nación impulsa una política aerocomercial tendiente a que haya en el país una aviación cada vez más desregulada. Con menos intervención de los organismos de control, modificando normativa para permitir menor entrenamiento de los pilotos, menores controles de mantenimiento, al mismo tiempo que permite una creciente extranjerización de los vuelos, afectando con ellos nuestro trabajo”.
Aunque los pasajeros pudieron haberse preocupado al inicio de las palabras, cuando se mencionó la desregulación y la extranjerización, todo quedó claro. Lo que se estaba escuchando era una proclama sindical en contra del ingreso de la competencia, cada vez menos monopolizada por la aerolínea estatal.
En las primeras horas el video se compartió en redes sociales y los ataques de los usuarios fueron en dirección al piloto. Pero en el transcurso del domingo se confirmó que este fue amenazado por el sindicato, y que inclusive sufrió una crisis nerviosa, cuya descompensación física generó la suspensión del vuelo.
El presidente argentino debe tomar nota que no hay lugar para estos comportamientos mafiosos en un país que pretende ser civilizado. Ya su mandato está llegando al final, con pocos éxitos más allá de la necesaria victoria sobre el kirchnerismo.
Si Macri cuenta con un segundo término, ya que hasta el momento no tiene una oposición consolidada, debe arremeter contra estos grupos de presión de una vez por todas.