
«Votamos, sí, si lo aceptamos, y no, si lo rechazamos. Muy sencillo». El tono de voz de Gabriela Michetti, vicepresidente argentina y titular del Senado estaba tranquilo. La dirigente macrista, opositora a la legalización de aborto, sabía que ya estaban los votos suficientes para enterrar el proyecto de ley. «Aclaro, que vamos a votar la media sanción que viene de diputados en general, y vamos a votar sí, si aceptamos la media sanción. No, si la rechazamos. El no, es el rechazo, el sí es la aceptación». Repetía una y otra vez Michetti, casi sonriendo, para que no quedara duda alguna del resultado ante las cámaras de televisión.
El resultado fue 38 contra 31, con dos abstenciones y una ausencia. De esta manera se terminó (por ahora) con uno de los debates que más dividió al país. De querer insistir con un proyecto semejante, los partidarios de la legalización del aborto deberán esperar al menos un año para intentar nuevamente.
Verdes versos azules
Hace años que la sociedad argentina está quebrada. La famosa «grieta» que dividía a kirchneristas de antikirchneristas fue solo el comienzo. Desde antes de la votación en diputados (donde la afirmativa se había impuesto por 129 contra 125) que los partidarios de la ley eligieron el color verde para identificarse públicamente. Los críticos de la legalización del aborto escogieron el celeste y ambos colores quedaron plasmados en pañuelos que miles de argentinos llevaron consigo los últimos meses a todos lados.
Mientras transcurría la votación en el Senado, una enorme cantidad de partidarios verdes y celestes realizaron una vigilia en las inmediaciones del Congreso. Si bien la seguridad había recomendado no extender la votación mucho más de las 10 de la noche, se terminó votando a la madrugada. Afuera, en las calles, bajo una intensa lluvia, dos grupos multitudinarios esperaron la votación. A diferencia de lo que pasó en diputados, el festejo fue celeste.
Con 31 votos afirmativos, 38 votos en contra y 2 abstenciones se rechaza el proyecto de interrupción voluntaria del embarazo pic.twitter.com/LmUDZYwMGI
— Senado Argentina (@SenadoArgentina) August 9, 2018
Cristina apareció, votó a favor y contó los motivos del cambio de opinión
El rol de la expresidente Cristina Fernández de Kirchner, hasta hace muy poco, era un misterio. Cuando ejercía el Poder Ejecutivo se había manifestado «en favor de la vida» y no habilitó el debate parlamentario. Ante el tratamiento del proyecto, trascendió que votaría por la legalización, en contra de sus propias manifestaciones previas, pero en sintonía con la mayoría de sus partidarios.
«Me hicieron cambiar de opinión las miles y miles de chicas que se volcaron a la calle y describieron la sociedad patriarcal», manifestó Kirchner en un discurso forzado y colmado de terminología feminista.
Las diferencias dentro de cada espacio político
Como ocurrió en diputados, las fuerzas políticas más importantes tuvieron un voto dividido. El kirchnerismo, si bien mostró una mayoría por la afirmativa, tuvo votos celestes y verdes: el 89 % votó por el sí y el 11 % por el no. En el macrismo la cosa estuvo más repartida: 60 % por la negativa y 40 % afirmativos. La Unión Cívica Radical, que en la Ciudad de Buenos Aires hasta decoró de verde la sede nacional, finalmente mostró una mayoría «celeste» respaldada por los senadores del interior del país. El 73 % le dijo no el aborto, mientras que el 27 % votó por la legalización.