El Dr. Ricardo Manuel Rojas no solo es uno de los intelectuales más destacados de Argentina, sino que conoce la situación cubana en detalle. El jurista y escritor ha trabajado mucho sobre la situación de la isla y entre sus obras se encuentra un análisis de la Constitución de Cuba y un texto sobre “Elementos de teoría constitucional” donde hace una propuesta de constitución para la isla, azotada por el comunismo castrista hace seis décadas.
En esta oportunidad, y ante la votación del referéndum impulsado por el gobierno de Castro y Díaz Canel, Rojas conversó en exclusiva con PanAm Post y brindó su opinión sobre la situación actual. Considera que la elección se trata entre “dos males” para los cubanos y de “dos beneficios” para el régimen. Aún así comenta que la dictadura ha decidido impulsar pequeñas reformas, como por ejemplo en cuestiones relativas a la propiedad privada. Sin embargo, esto no iría mucho más lejos que el hecho de reconocer lo que se ha dado espontáneamente en los últimos años en el sector de la economía informal.
-¿Es un avance esta consulta popular?
A primera vista parecería que dejar a la votación directa de la gente un asunto tan importante como una reforma constitucional, es novedoso en la isla, y podría ser visto por muchos como un avance hacia ámbitos de mayor libertad política. Sin embargo, no es casual que instituciones como el referéndum hayan sido herramientas muy útiles para sostener dictaduras. Por eso es importante ver qué es lo que se va a votar y cuáles serán las consecuencias.
-¿Qué es lo más importante para tener en cuenta?
El proyecto que se somete a consideración puede estar motivado por la necesidad de sustituir el incuestionable y férreo poder que detentaron los hermanos Castro durante seis décadas, por alguna forma institucional que impida el desbande del régimen. En tal sentido, el proyecto mantiene en lo sustancial las bases del poder central contenido en las dos anteriores, pero al mismo tiempo suaviza un poco su redacción, e introduce algunas modificaciones que parecerían ir en el camino a una mayor apertura. Por caso, la inclusión por primera vez de formas de propiedad privada y de propiedad personal, que a primera vista parecen apartarse de la visión comunista de la propiedad estatal absoluta.
-Pero sigue siendo un régimen comunista…
La propia Constitución establece un régimen de economía socialista en su artículo 18. Relega a la propiedad privada a un papel complementario de la estatal y la somete a fuertes reglamentaciones y limitaciones. En la práctica, se puede augurar que no se verán modificaciones sustanciales a las formas de propiedad privada o informal que se fueron admitiendo en las últimas décadas aun con la constitución actualmente vigente. Otra de las diferencias importantes se ve a nivel institucional, y pasa por la creación de un Presidente de la República, elegido por un período de cinco años y con una posibilidad de reelección, y un Primer Ministro. Ambos ejercerían funciones ejecutivas minuciosamente descritas en la Constitución. Sin embargo, ambos funcionarios son elegidos por la Asamblea Nacional del Poder Popular, lo que ocurre en la actualidad con el Consejo de Estado. Por lo tanto podría decirse que no hay grandes cambios en los hechos. El socialismo sigue siendo el destino ineludible del país, y así lo dispone el artículo 4: “La defensa de la patria socialista es el más grande honor y el deber supremo de cada cubano . El sistema socialista que refrenda esta Constitución, es irrevocable.”
Además, el Partido Comunista sigue siendo la fuerza política rectora en la integración de todo el gobierno, y el artículo 5 del proyecto dispone: “El Partido Comunista de Cuba, único, martiano, fidelista, marxista y leninista, vanguardia organizada de la nación cubana, sustentado en su carácter democrático y la permanente vinculación con el pueblo, es la fuerza política dirigente superior de la sociedad y del Estado. Organiza y orienta los esfuerzos comunes en la construcción del socialismo y el avance hacia la sociedad comunista. Trabaja por preservar y fortalecer la unidad patriótica de los cubanos y por desarrollar valores éticos, morales y cívicos”.
Para Ricardo Rojas es necesario dejar en claro que, a pesar de la consulta, y en caso que se apruebe el proyecto, “sigue sin existir la libertad política para competir por los cargos, sigue sin existir la división de poderes y la propiedad privada queda relegada a una mínima expresión”.
Consecuencias del referendum
“El pueblo cubano podrá votar por el sí o por el no a la aceptación del proyecto. Si vota por el sí, posiblemente elija una Constitución que formalmente es un poco mejor que la actual, aunque no cambia en cuanto al sustancial régimen autoritario y la falta de libertades; pero a cambio estará legitimando el régimen. Si se impone el no, la consecuencia será solamente continuar como hasta ahora, con la Constitución que como dije, formalmente es aun peor que la que se quiere introducir; y también se le permitirá al régimen ofrecer al mundo la idea de que el pueblo cubano puede decidir con libertad, al punto de votar en contra de las intenciones del propio gobierno. De modo que esta votación es una perversa elección entre dos males para los habitantes cubanos, y entre dos bienes para el régimen autoritario. Es una vieja estrategia seguida por dictadores para legitimar su poder”, concluyó Rojas.