
Jair Bolsonaro visitó la Argentina y respaldó al presidente Mauricio Macri de cara a su posible reelección, en el marco de una complicada situación económica. Aunque desde el aparato comunicacional de Cambiemos, siempre preocupado por la crítica progresista, se trata al líder de Brasil con distancia, Bolsonaro ha sido siempre más generoso con su par argentino, que ni siquiera se hizo presente en su asunción.
“Espero que el corazón de los electores argentinos lata en ese momento y que vean realmente qué futuro quieren. Nosotros hacemos fuerza para que el pueblo argentino elija un candidato de centroderecha como hizo Brasil, como hicieron también Paraguay, Chile, Perú y Colombia”, manifestó Bolsonaro.
Sus palabras son claras, aunque no haya nombrado a nadie. El candidato de “centroderecha” al que hace referencia es Macri, pero su descripción ideológica, lamentablemente, no tiene ningún fundamento.
Pareciera ser que el Macri derechista habita solamente en las cabezas del kirchnerismo, de la izquierda y del presidente de Brasil.
Desde que el macrismo irrumpió en la política argentina, el espacio del actual presidente ha hecho todo lo posible para huir de cualquier asociación que tenga que ver con una idea levemente conservadora. La estética del PRO (y ni hablar de Cambiemos), las políticas aplicadas, el discurso y todas las iniciativas macristas muestran una desesperación por mostrarse políticamente correctas. Desde el mismo Gobierno dijeron que el partido del presidente “está a la izquierda del Partido Demócrata de los Estados Unidos”.
Pero las políticas aplicadas fueron mucho más concretas que la retórica progre. Apenas asumió el presidente actual, incrementó la cantidad de ministerios, planes sociales y fue para atrás en las tímidas reformas impositivas que intentó implementar al principio del mandato. La misma Cristina Fernández de Kirchner le achaca a su sucesor que el actual Gobierno terminó siendo más “planero” que el de ella (haciendo referencia a la cantidad de subsidios estatales otorgados). En charlas íntimas, empresarios de todo el país ya reconocen con desilusión que ahora pagan más impuestos que con el kirchnerismo.
Aunque el presidente de Brasil y el resto del espectro político busquen asociar al oficialismo con una idea de centro derecha, lo cierto es que el macrismo no ha mostrado ninguna orientación concreta. Ha gobernado mirando encuestas, ha decidido no correr ningún riesgo y ha sobreactuado un progresismo que no consiguió votos de la izquierda y desilusionó a los seguidores naturales.
El Peso Real, ¿nueva moneda regional?
En el marco de la visita de Bolsonaro a la Argentina trascendió una noticia que generó gran impacto en el país. Los equipos económicos de ambos países estarían evaluando la posibilidad de una nueva moneda conjunta, la que se ofrecería también a Paraguay, Uruguay y, eventualmente, a la Venezuela poschavista. Dado los antecedentes inflacionarios argentinos, y el desastre que significó el desempeño del Banco Central, es lógico que el rumor genere expectativas. Sin embargo, la noticia merece ser tomada “con pinzas”. La iniciativa sería un proyecto a largo plazo y el Gobierno argentino está terminando su mandato. Para avanzar en esta dirección, Macri deberá ser reelecto, y seguramente la filtración de este proyecto no es inocente y mucho tiene que ver con esa intención.