Axel Kicillof, referente económico del kirchnerismo, exministro y candidato a gobernador de la provincia de Buenos Aires, pasó un mal momento en la mesa de Polémica en el Bar. Al ser el único invitado por afuera del equipo del programa, el vocero de los planes económicos de Cristina Fernández seguramente pensó que estaría a salvo, en el marco de un intercambio ameno en el prime time de la televisión Argentina.
Sin embargo pasó un momento incómodo, recibió una pregunta a la que no pudo responder y tuvo que quedar en silencio, saliendo con otro tema que no tenía absolutamente nada que ver. La que le propinó el golpe de knock out fue la protagonista menos pensada: la bella Virgina Gallardo. En un momento del programa, donde todo era risas y el candidato la pasaba muy tranquilo, Gallardo dijo que tenía una pregunta para el economista.
Lógicamente Kicillof le dijo que la hiciera y el golpe fue a la mandíbula. “¿Puede ser que usted dijo que la inflación no es un fenómeno monetario?”, preguntó la modelo con el mayor de los respetos.
El exministro, que de un segundo a otro se dio cuenta que estaba a punto de pasar un mal rato, luego de una pausa titubeando respondió, ya con otro tono: “es que no es”. Con la siguiente pregunta que realizó Gallardo, Kicillof quedó tendido en la lona: “¿Por qué no elimina todos los impuestos y financiamos el gasto público con emisión monetaria?”.
Las carcajadas se adueñaron del lugar y el economista preferido de Cristina quedó eternizado en un papelón que recordó al “me quiero ir” de su antecesor, Hernán Lorenzino, que también patinó en una entrevista donde se discutía sobre la inflación.
https://www.youtube.com/watch?v=Y6k3aeMgH5Q
Influencias
Aunque todos los liberales en Argentina celebraron hasta el hartazgo el fallido de Kicillof y compartieron miles de veces el video y los memes correspondientes, vale la pena hacer una pausa y analizar el fenómeno para reconocer a los personajes detrás del momento de liberalismo popular y masivo.
Lógicamente hay un árbol genealógico conceptual claro detrás de la modelo (sin desmerecer su gran aporte, claro), que dejó sin palabras al economista K, al mejor estilo de un especialista de Escuela Austríaca o de un egresado de la Universidad de Chicago.
Y cabe destacar las influencias porque, lamentablemente, muchos seguidores de las ideas de la libertad se han dedicado a mantener discusiones improductivas y alejadas de los desafíos que enfrenta el país. Un número no menor de liberales, que hoy festejaron a Gallardo, han mantenido la tesis de que los modos de Javier Milei son, directamente, contraproducentes para la causa liberal. Más allá de mi desacuerdo con este punto y de lo válida de la posición del que la defienda (aunque no la comparta), lo cierto es que renegar de Milei y festejar a Gallardo es una contradicción no menor a un comunista que disfruta de las virtudes de la economía de mercado sin complejos.
Este grupo en cuestión tiende a ocupar la banda generacional más “veterana” del liberalismo argentino. A ellos les recomendaría mirar más objetivamente el cambio de clima de ideas en el país y a reconocer, sin prejuicios, a los responsables contemporáneos.
Pero la hostilidad y la falta de reconocimiento no se limita a este grupo en cuestión. La virulencia y la agresividad que han mostrado muchos jóvenes en los últimos meses también es preocupante. Una camada importante de adolescentes, que han llegado a las ideas liberales de la mano de Milei y José Luis Espert, han atacado sin piedad a varios referentes de peso en el país. El ataque llegó hasta el mismo Alberto Benegas Lynch (h) insólitamente. ¿Hace falta aclarar que él es la piedra fundamental del liberalismo en Argentina? Quisiera creer que no.
Honestamente, no me imagino este clima de ideas en Argentina, donde varios tenemos roles de difusión más secundario, sin la excepcional irrupción de Milei y Espert (al que me gustaría que todos apoyen en su campaña, lógicamente). Conozco de primera mano la indignación que genera dar la lucha en el ámbito político sin la ayuda (y a veces con el boicot) de los que defienden el plano teórico lejos del barro. Tampoco me imagino al ejército de segunda línea (en el que orgullosamente me encuentro) que batalla en todos los frentes sin los aportes invaluables de Ricardo López Murphy, Roberto Cachanosky, Agustín Etchebarne, Ricardo Manuel Rojas, Martín Krause, Eduardo Marty y Gabriel Zanotti, entre otros. No quiero dejar de mencionar al querido maestro y amigo Juan Carlos Cachanosky, que nos dejó demasiado temprano. Yo sigo dando clase y predicando con sus apuntes, a los que no le toqué una coma, de la época que tuve el privilegio de ser su alumno de maestría.
A todos ellos se le debe este momento de ebullición que recién empieza. Gracias. En lo personal, no me resigno a considerar imposible la foto de todos ellos juntos.