Empezó el nuevo ciclo político en Argentina y se oficializó el primer gabinete de Alberto Fernández. La primera impresión luego de leer los nombres es que este equipo no será el mismo que termine el mandato del presidente electo en cuatro años. Al menos en algunas carteras importantes.
El misterio principal, que estaba relacionado con la cartera económica, se terminó con el nombramiento de Martín Guzmán. El joven de 37 años, sin experiencia (lógicamente) en cargos semejantes en el pasado, da a entender que ha sido cargo de acuerdo entre el presidente y su vice, Cristina Fernández de Kirchner (CFK). Guzmán trabaja junto al Nobel de Economía Joseph Stiglitz, tiene vinculaciones con el mundo financiero de Wall Street y con el Fondo Monetario Internacional. La apuesta de Alberto es que esté en condiciones de renegociar los vencimientos urgentes de la deuda, al menos hasta poner algún plan económico en marcha.
Cabe recordar que en Argentina, dada las sistemáticas herencias complicadas en materia económica, es común la figura del “ministro fusible”. Es decir, el nombramiento de un funcionario dispuesto a hacer un “sacrificio” para allanar el camino para próximos ministros de renombre, que no están interesados en rifar su imagen pública con medidas impopulares.
Matías Kulfas y Guillermo Nielsen, que eran nombrados como posibilidades para el área económica, sí formarán parte del gobierno, pero desde otros lugares: Kulfas será ministro de Producción y Nielsen el titular de la petrolera YPF.
Wado de Pedro, nexo negociador entre Alberto y Cristina, será el ministro del Interior. De los funcionarios con experiencia en las carteras que trabajarán se destacan Ginés González García, que volverá a Salud y Agustín Rossi, a Defensa. Este último no quería saber nada con retornar al ministerio y tenía intenciones de liderar la bancada en diputados, pero perdió la pulseada ante el hijo de Cristina, Máximo Kirchner.
Daniel Arroyo irá a Desarrollo Social, Felipe Solá a Relaciones Exteriores y Matías Lammens, excandidato a jefe de Gobierno de Buenos Aires y presidente de San Lorenzo, irá a Deportes. Uno de los ministerios que mostrará una diferencia de gestión más profunda será el de seguridad. El lugar de Patricia Bullrich, una de las funcionarias de mejor gestión de Macri, será ocupado por Sabina Fréderic, del riñón de CFK.
Resumiendo, el gabinete que entrará en funciones esta semana ha superado el primer desafío: representar el equilibrio de fuerzas del Frente de Todos. Hay albertismo, cristinismo y peronismo tradicional. Sin embargo, a pesar de que los armadores hayan podido acordar el gabinete, los desafíos que tiene Argentina en lo inmediato son extremadamente más complejos. Lamentablemente, este equipo parece no contar ni con las ideas ni con la solidez como para encontrar las soluciones necesarias.