Una nueva polémica en Argentina con relación a los nombramientos de Alberto Fernández y Cristina Kirchner: el flamante titular de la Oficina Anticorrupción, Félix Crous, es un marxista declarado. Aunque participó de diferentes iniciativas de izquierda más tradicionales, el funcionario que presidirá la OA reconoció que “la realidad” lo llevó a acercarse al kirchnerismo.
Crous, que se define a sí mismo como “un hombre de izquierda con formación marxista”, considera que hasta el momento “nadie ha logrado superar la descripción de cómo funciona el mundo” mejor de lo que lo hizo el mismo Karl Marx.
“Lo que explica Marx sobre lo que sucede con el capital y las relaciones sociales conservan vigencia. A Marx se lo discute y se lo alienta con las ideas y luego se lo combate con las dictaduras de todo el mundo. Hay una potencia que lo mantiene vigente hasta el día de hoy”, afirmó el funcionario.
Según el Boletín Oficial, la dependencia de Crous funcionará “independientemente” del Poder Ejecutivo y será “autónoma”, pero tendrá status de ministerio.
Sin embargo, la independencia real y autonomía de la presidencia ya quedó descartada en la primera declaración pública del funcionario marxista. Esta mañana, Crous le dijo a los medios que Alberto Fernández “fue muy claro y enfático” y que le pidió que “no persiguiera a nadie”.
Pasado de cómico
Los primeros pasos de Crous en la vida pública no fueron precisamente de la mano de la política. En la década del noventa fue parte del equipo de las cámaras ocultas de VideoMatch, donde hacía de “Félix Andrade”, un panelista que incomodaba a los entrevistados con situaciones insólitas y diferentes en cada emisión.
Apéndice político del Gobierno, también en macrismo
La lealtad política del nuevo director de la Oficina Anticorrupción hacia el Poder Ejecutivo no es nueva. Antes de Crous, la funcionaria que se desempeñaba en el puesto era Laura Alonso. Macrista fanática, la exfuncionaria llegó a decir que el expresidente podría “enamorarla”. Más allá de las burlas, las declaraciones la llevaron a tener que rendir cuentas en la justicia por la supuesta incompatibilidad con su función. Para que pueda asumir en el puesto, Macri tuvo que modificar la carta orgánica de la Oficina Anticorrupción, ya que su titularidad tenía como requisito el título en derecho.
Alonso terminó su gestión procesada por supuesto encubrimiento al exministro de Energía, Juan José Aranguren, tambien con proceso judicial abierto por “negociaciones incompatibles con la función pública”.