En un país un poco más normal la noticia de la muerte de un juez, aunque sea de renombre, no ocuparía más que un breve segmento en los medios. Seguramente una minibiografía y las causas del deceso acompañarían la información del fallecimiento. Pero Argentina es otra cosa.
La muerte de Claudio Bonadio se convirtió, para algunos, en motivo de festejo político. Para otros, la noticia significó un terrible baldazo de agua fría. Sobre todo para los que consideran que en el país no existen instituciones y que las causas que se adelantan contra Cristina Fernández de Kirchner perecen con él.
Según informó el entorno familiar, el magistrado falleció alrededor de las 6:20 de la mañana de hoy martes en su casa en Belgrano. La salud del juez estaba muy comprometida luego de una operación que recibió este año vinculada a un tumor en la cabeza. Bonadio se encontraba de licencia y recientemente había pedido una extensión de la misma hasta el mes de marzo. Tenía 64 años.
El kirchnerismo, como siempre, impresentable
El enfrentamiento de Kirchner con Bonadio viene de larga data. La expresidente, que acusó al juez de “pistolero y extorsionador”, sufrió a Bonadio desde 2014, en el apogeo de su poder político. Por aquellos días el magistrado fallecido envió a juicio oral al entonces vicepresidente Amado Boudou y al secretario de Transporte Ricardo Jaime. Ambos terminaron presos. Bonadio también ordenó allanamientos en los hoteles del Sur, propiedad de Kirchner, y hasta le incautó sus obras de arte del departamento de Barrio Norte, en Buenos Aires. En la causa denominada “vialidad”, la expresidente tuvo que declarar sentada en el banquillo de los acusados.
Pero para el kirchnerismo todo esto se trató siempre de una persecución política y no del accionar de un juez independiente. Esta mañana, los partidarios K celebraron la noticia en redes sociales con el hashtag “justicia divina”.
Lo peor no es que ponderen la muerte, sino que son intérpretes de la justicia divina.
Es medieval.— WW (@WolffWaldo) February 4, 2020
Por otro lado, la desesperanza
Del otro lado de la grieta, además de las condolencias a los familiares y amigos, la gente asoció el fallecimiento del juez a la garantía de la impunidad en los casos de corrupción. La muerte de Bonadio fue percibida por un importante sector de la sociedad argentina como la mueca del destino que garantizará la tranquilidad judicial de Kirchner. Lamentablemente, no se ha manifestado ninguna confianza en la institución del Poder Judicial, para que un colega pueda continuar con las causas y las investigaciones.
Los restos del juez Bonadio no serán velados y será enterrado mañana en un cementerio privado de Pilar, Provincia de Buenos Aires.