En 72 horas vence el plazo de la negociación y el 65 % de los tenedores que deberían aceptar la propuesta oficial está cada vez más lejos. Del 30 % que estaba dispuesto a conversar con el Gobierno hasta la última semana, luego del blanqueo de intención del ministro Martín Guzmán y compañía quedó en pie la mitad: solamente el 15 %.
Los títulos soberanos en cuestión suman 66 000 millones de dólares y por ahora no hay ningún acuerdo en materia de quita ni de plazos. “Ir a juicio no le conviene ni al Gobierno ni a nosotros. No tenemos nada que ver con los fondos buitre que aparecieron en el anterior canje de la deuda. Nuestra postura es constructiva”, aseguraron desde uno de los consorcios que representa a tres de los espacios de los principales acreedores.
La idea de que el default no le conviene a ninguna de las dos partes ya había sido planteada por el Gobierno argentino cuando empezó la negociación. Pero hasta el momento no hay acuerdo. Por estas horas los mayores tenedores de bonos, que tienen suficientes papeles como para bloquear el número del 65 % que necesita Fernández, espera que la mayor cantidad de jugadores rechacen de plano las propuestas del Gobierno. De esa manera se ilusionan con una propuesta superadora de una gestión que asumió con el objetivo de evitar el default.
Desde la Casa Rosada insisten con una cuestión: que la sostenibilidad de la deuda y su pago sea dentro del marco de recomendaciones del Fondo Monetario Internacional. El organismo, aliado político del Gobierno en esta cuestión, ya había asegurado hace unos meses que el programa planteado durante la gestión de Mauricio Macri es inviable.
Los emisarios de Fernández ya se trazaron un objetivo clave: “patear” el deadline del 8 al 22 de mayo.
La mayoría de los argentinos, en favor de un acuerdo
A diferencia de lo que ocurrió en otras oportunidades, parece que la opinión pública, o al menos su mayoría, comprendió que un nuevo default no puede traer nada positivo. Un trabajo de esta semana del consultor Alejandro Catterberg indicó que solamente un 17 % mantiene una postura ideológica dura de no cumplir los compromisos y de enfrentar las consecuencias de la suspensión de pagos. Un 60 % de los consultados aseguró que el Gobierno de Alberto Fernández debería evitar el default y llegar a una negociación con los bonistas.
Otros números: un 55 % opina que la negociación ha sido manejada de forma prudente por el Gobierno y un 25 % considera que no. Entre los que consideran que se debe evitar el default, un 49 % asegura que el daño que sufriría el país sería “mucho”. Dentro del 17 % que considera que no hay que arreglar, un 9 % asegura que al país le irá “mejor” si se cae definitivamente la negociación.