El presidente argentino, Alberto Fernández, planea endurecer las medidas de la cuarentena obligatoria, que seguramente se extenderá —al menos y por ahora— hasta mediados del mes de abril. La comunicación oficial en medio de la pandemia gira alrededor de los siguientes puntos: agradecer a “Dios” (literal) por la oportunidad de ver con anticipación el desastre europeo, destacar el trabajo conjunto del oficialismo y la oposición, agradecer a los argentinos que se quedan en casa y cuestionar duramente a los que hacen salidas innecesarias.
El último grupo, al que el jefe de Estado ya denomino como “los inconscientes”, es el chivo expiatorio usual para el endurecimiento de las restricciones. Claro que los irresponsables están en todo el mundo y no son de exclusividad argentina, pero aquí se utilizan como la herramienta necesaria para justificar las predecibles medidas.
En este sentido, y luego de una jornada donde el tema de debate en televisión fueron los vehículos que entran y salen de la Ciudad de Buenos Aires, Fernández advirtió: “Donde los encontremos, les vamos a sacar los autos. Son inconscientes. Lo que no entra por razón, va a entrar por la fuerza”.
Una vez más, Fernández señaló que las únicas personas autorizadas para movilizarse son los trabajadores de las áreas de salud, alimentación y seguridad, entre otras excepciones, y resaltó que los castigos serán ejemplares para los que transiten “sin autorización”.
Octava víctima fatal en Argentina
En la ciudad del Chaco, una mujer de 73 años se convirtió en la octava fallecida a causa del coronavirus (COVID-19). Había sido internada con insuficiencia respiratoria el pasado 19 de marzo. En la provincia del Norte argentino ya murieron tres personas a causa de la enfermedad y las autoridades temen una expansión importante en los próximos días, ya que el sistema de salud local no está en condiciones de ofrecer las respuestas que hasta el momento pueden darse en Buenos Aires.
En la jornada de ayer se confirmaron 87 nuevos casos y la suma total asciende a 387. Sin embargo, los especialistas consideran que el número sería mayor, dada la poca capacidad de diagnóstico de la enfermedad. Según confirmó un informe del Ministerio de Salud, 63 pacientes ya fueron dados de alta.