La década kirchnerista (2003-2015) fue un retroceso en todo sentido. Argentina se dilapidó el contexto internacional más favorable de la historia moderna en un populismo del corto plazo que no dejó absolutamente nada más que dependencia asistencial gubernamental. Los índices de la Fundación Libertad y Progreso dejaron en evidencia la caída en todos los índices habidos y por haber, año tras año.
Con la llegada de Mauricio Macri y Cambiemos, aunque se evitaron cobardemente todas las reformas de fondo, el estilo civilizado, sobre todo en comparación con la barbarie kirchnerista, hizo que Argentina repunte leve y tímidamente en los diferentes índices que miden el desempeño del país en comparación con el mundo. Desde diciembre del año pasado, el desembarco del Frente de Todos de Alberto Fernández y Cristina Kirchner fueron sinónimo de caída y derrumbe en todas las pequeñas mejoras del proceso anterior.
Algo absolutamente predecible fue la información brindada hoy por el Índice de Atracción Global, que releva el desempeño del país con relación a las inversiones. Entre 2019 y 2020, Argentina fue uno de los lugares del planeta que más retrocedió en este sentido. Del pobre 73, de un total de 144 países medidos, el retorno del populismo improvisado nos llevó al puesto 92. Dada la intención de expropiar empresas, subir los impuestos y regular aún más la economía, nada hace pensar que la próxima edición traiga buenas noticias.
La medición, que realiza The European House Ambrosetti, advierte sobre la “sustentabilidad” de los países, para mantener la competitividad necesaria para atraer y generar inversión privada. Si hay algo justamente es que Argentina no es “sustentable”.
Esta última entrega del índice, además del retroceso mencionado, muestra que pocos países han caído más de diez casilleros entre un año y otro. En un ranking triste de 15 desafortunados, Argentina comparte el mérito con Trinidad y Tobago, Macedonia, Ghana, Mozambique, Libia, Tanzania, Myanmar y Tayikistán, entre otros. Cabe destacar que todos estos ejemplos están debajo del puesto número 65.
Aunque el derrumbe de este índice, como tantos otros, deja en evidencia el error de este camino, el peronismo insiste en impuestazos que espantan todavía más la inversión en el país. El “aporte solidario” a las grandes fortunas y un nuevo aumento al impuesto a las ganancias son las únicas propuestas que ofrece el oficialismo para salir de la crisis. La oposición, además de justificar técnicamente su negativa, debería cuestionar los argumentos de fondo. Por ahora no lo hace.