El pasado 13 de julio El Tiempo Colecciones sacó al mercado una colección de “12 imponentes tanques terrestres que marcaron uno de los momentos más importantes en la historia de la Segunda Guerra Mundial”. Cada elemento de colección está acompañado por un fascículo en donde se explica su historia y su importación en dicha guerra.
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Los tanques son vendidos al público en doce entregas, los días jueves. Fue precisamente la entrega del pasado jueves 3 de agosto la que molestó tanto a la comunidad judía en Colombia como a quienes no hacen parte de ella. Esto se debe a que dentro de la colección está el Sonderkraftfahrzeug 250, vehículo acorazado utilizado por el ejército alemán para el transporte de las unidades de reconocimiento y asalto.
Quizá la polémica que se desató en un grupo de Facebook no hubiera trascendido si en el empaque en el que se distribuyó el tanque de colección no se hubiera incluido la esvástica, ya que, a parte del tanque, es lo que más llama la atención.
La esvástica es quizá el mayor símbolo de reconocimiento nazi, por lo que para la comunidad judía y para otras personas tiene una gran peso simbólico e histórico, ya que debido a la Segunda Guerra Mundial iniciada por la Alemania nazi más de 60 millones de personas perdieron la vida, entre ellas 6.000.000 de judíos, quienes fueron sistemáticamente asesinados por el ejército de Hitler.
Al respecto, el PanAm Post se comunicó con el director ejecutivo de la Confederación de Comunidades Judías de Colombia, Marcos Peckel, quien nos informó que la confederación también ha recibido quejas tanto de integrantes de la comunidad como de personas que no son miembros ella y que también se sienten ofendidos por el tanque de colección que puso a circular el periódico colombiano.
Peckel también señaló que “para la comunidad judía en Colombia siempre será una ofensa ver la esvástica en cualquier objeto, mucho más de forma tan evidente como aparece en el empaque de los productos que están siendo exhibidos en diferentes puntos de venta”.
Ahora queda esperar si la casa editorial de El Tiempo, al ver la polémica causada por su colección, toma medidas al respecto y saca de circulación los tanques o, por lo menos, decide suprimir de los empaques el símbolo nazi.