
A pesar de que los principales medios de Estados Unidos aseguraron que el voto latino iba a sentenciar la derrota de Donald Trump en las elecciones presidenciales esto no ocurrió —al menos no como los medios lo sugerían.
Los expertos, analistas y el establishment aseguraba que iba a ocurrir un voto castigo por parte de los hispanos en contra de Trump, pero la realidad fue otra: de acuerdo con las encuestas a boca de urnas, el magnate tuvo un desempeño mejor comparado con el del excandidato Mitt Romney en la última elección presidencial.
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Romney, de acuerdo con sondeos, solo recibió el respaldo de 27 % de los hispanos, en contraste con el 72 % que recibió Obama. Esto a pesar de haber tenido un discurso más inclusivo. En cambio, Donald Trump, tomando en cuenta todo lo que la opinión pública sugería, fue —mínimamente— más votado que Romney por los latinos: 29 % lo apoyaron, mientras que Clinton tuvo el 65 %.
De esta manera se desmonta el mito de que los latinos iban a definir estas elecciones y que, además, iban a sentenciar la derrota de Trump al votar en su contra.
Por lo tanto, a pesar de que históricamente los hispanos han sido demócratas, el aumento del respaldo a Trump de dos puntos, y la reducción del apoyo a Hillary Clinton en casi 10 puntos, revela una importante abstención por parte de este grupo racial que pone en evidencia el desagrado respecto a la candidatura de la exsecretaria de Estado.
De hecho, según sondeos a boca de urna, los latinos solo representaron un 11 % del electorado en todo el país. Esta es una cifra similar a la de hace cuatro años y que desmonta la premisa de que este año iba a haber una avalancha del voto latino.
Fuente: National Review