En la tarde del 14 de marzo el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, hizo pública la actualización del informe sobre Venezuela que había presentado en mayo del año pasado.
En el informe, Almagro asegura que la dictadura de Venezuela “viola todos los artículos de la Carta Democrática“, por lo que denuncia una ruptura “total del orden democrático”. Señala, además, que el “pueblo de Venezuela se enfrenta a un Gobierno que ha dejado de ser responsable”, dice que la “Constitución ha dejado de tener sentido”.
El secretario rechaza el “autoritarismo” en Venezuela, así como la “tortura, el narcotráfico y la censura”. Esgrime, también, una condena al falso y deprimente diálogo que se desarrolló durante los últimos meses del 2016 y que aún hoy es una sombra que amenaza con continuar ventilando a la dictadura.
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En síntesis, el informe de Almagro, con su actualización, se ha convertido en el respaldo a la democracia venezolana y la denuncia internacional más contundente e importante que se ha hecho hasta ahora. Es la condena más trascendente y valiosa que se ha argüido desde un actor internacional tan destacado, por cierto, como la Organización de Estados Americanos (OEA).
Y frente a ello, una oportunidad tan valiosa, los venezolanos debemos presenciar un inquietante y perturbador silencio. Solo hay inercia, apatía y mutismo por parte de la oposición venezolana. Esto es imperdonable.
El embajador y expresidente del Consejo de Seguridad de la Organización de Naciones Unidas, Diego Arria, ofrece la oportuna recomendación de que el Parlamento venezolano debe, inmediatamente, respaldar el informe de Almagro.
Dice Arria en un video:
“«El régimen venezolano viola todos los artículos de la Carta Democrática Interamericana», una declaración de esa naturaleza jamás se había producido desde que se aprobó la Carta Democrática en 2001. El secretario Almagro condena de una manera precisa, y cada vez más documentada, al régimen de Maduro […] Yo aspiro que la Asamblea Nacional de Venezuela haga suyo este informe, que lo avale, se comprometa y que respalde y haga une gestión inmediata con todos los Gobiernos de América Latina para pedir que Venezuela sea suspendida”
Luego, pide a la Asamblea “formalmente asumir una posición oficial, votar una resolución de apoyo mayoritario al informe de Almagro. Hay formalidades que tienen que seguirse. Nuestra institucionalidad está representada exclusivamente por la Asamblea”.
“Debería convocarse inmediatamente a una reunión especial del Congreso, leer el documento el tiempo que se demore para que se pueda distribuir, agarrar el documento y enviarlo a todos los presidentes de todos los congresos de América Latina y el Caribe; dirigirlo al secretario de las Naciones Unidas. Realmente, comenzar una ofensiva de promoción de este informe, para que los países que van a tener que votar, para apoyar las sanciones a Venezuela, estén informados”, espeta el embajador para luego concluir: “Si quieren rescatar la libertad, la Asamblea está obligada a hacer esto”.
Yo, no podría disentir de las palabras de Arria. Son recomendaciones completamente oportunas que deben ser tomadas en cuenta. Pero que hasta ahora no se ha presenciado —no basta con que la Comisión de Exterior del Parlamento lo apoye.
La voz de Almagro debe ser respaldada y acompañada por toda la ciudadanía, y por todos los representantes de la oposición venezolana. Al convertirse el informe del secretario general en la condena más valiosa hasta el momento, también se ha convertido en el auxilio internacional que por años se ha exigido. Es insensato no agradecer la asistencia, no respaldarlo ni promoverlo.
Por el informe y su actualización, la sociedad civil y los demócratas de Venezuela debemos agradecer a Almagro por ser un verdadero amigo de la democracia en el país y por convertirse en un representante responsable de los valores de la región y de la OEA.
Deberíamos agradecerle; pero en vez de eso lo hemos convertido en un lobo solitario, cuyas dignas y oportunas palabras no tienen eco en Venezuela. Es imperdonable el silencio de la oposición venezolana frente al pertinente y significativo informe de Luis Almagro.