En Venezuela, gran parte de los supermercados, como las panaderías, pertenecen a miembros de la comunidad portuguesa. Hoy, frente a la arremetida del régimen de Nicolás Maduro y de los saqueos impulsados por el pueblo hambriento, piden ayuda al Gobierno de su país.
El ministro de Relaciones Exteriores de Portugal, Augusto Santo Silva, estuvo en Caracas este fin de semana y miembros de la comunidad lusa en Venezuela aprovecharon para reunirse con él y solicitar auxilio frente a las arbitrariedades y a la impunidad.
“Hoy no sé si estamos o no quebrados. La mayoría de nuestro stock, fuimos obligados por la fuerza a venderlo con un 50 % de descuento, más o menos, sin ningún tipo de argumentación”, dijo un empresario portugués, que tuvo la oportunidad de reunirse con el ministro.
- Lea más: Sebastián Piñera: “En Venezuela hay crisis política porque se perdió la democracia”
- Lea más: Oposición en Venezuela prefiere la miseria y dictadura de la larga intervención cubana
De acuerdo con el empresario, la reciente orden de la Superintendencia para la Defensa de los Derechos Socioeconómicos (Sundde) para bajar los precios, se dio a los golpes. Los agredieron. Hubo “gritos y amenazas”. Si no reducían los precios, el régimen los encarcelaría. Y esto de hecho ocurrió a varios comerciantes.
El Excelsior Gama fue uno de los supermercados afectados. Sus propietarios son portugueses y es una importante cadena que funciona en Venezuela desde 1969. Junto a esta empresa, otras 26 cadenas de supermercados tuvieron que acatar la medida arbitraria: Central Madereinse y Luvebras también pertenecen a propietarios lusos.
Para el régimen chavista, los empresarios son los responsables del alza de los precios. De acuerdo con ellos, se trata de especuladores. Deja a un lado la rampante crisis producto de un arduo control de la economía, para señalar a los propietarios de los supermercados.
#AHORA Fiscales de la Sundde se encuentran supervisando red de supermercados Central Madeirense. #5Ene #ElPetroEsIndependencia pic.twitter.com/G4roSbzOJn
— Sundde (@sundde_ve) January 5, 2018
Es por esta razón. Por las arremetidas y las que vendrán. También por los saqueos que se han generado en varias partes del país —y por la impunidad de 98 %— que el empresario que pudo reunirse con el ministro Augusto Santos Silva, le pidió que participara su inquietud al régimen de Maduro.
A la espera para aplaudir el delito
La medida de la Sundde ha sido señalada por muchos como criminal. Al ordenar a los supermercados a vender a pérdida, no solo se está atentado contra la propiedad privada, sino que se apuesta por su desaparición. Sin embargo, existe una parte de la población dispuesta, con los brazos abiertos, a recibir las dádivas. Y, en medio del delirio populista, incluso se plantan en los supermercados para esperar que se concrete el delito.
Les han llamado «los golilleros», según reseña el diario Caraota Digital: en busca de los precios impuestos arbitrariamente, grupo de personas se agrupan en supermercados a los que aún no ha llegado la Sundde; pero se mantienen, con los carros llenos de productos, con la esperanza latente.
El supermercado Central Madereinse de Plaza Las Américas, Caracas, el pasado seis de enero se encontraba repleto. Personas con los carritos llenos; sin embargo, al final la Sundde no se presentó y por esa razón terminaron abandonado el supermercado, dejando “todo tirado”. “Un desastre”, escribió una usuaria en Twitter.
Con los crespos hechos se quedaron en Central Madeirense de Plaza Las Américas… Bachaqueros quisieron saquear al enterarse que el Sundde no bajaría los precios que esperaban, estaban con carros llenos al tope.
Al final dejaron todo tirado, un desastre. pic.twitter.com/o3a1p2kuFB
— Marce Caldeira (@mcaldeiras) January 6, 2018
Unicasa de Montalban hoy☝ aunque usted no lo crea. El hambre e Hiperinflación es una cosa, los golilleros es otra cosa. La gente como loca agarrando lo que sea. pic.twitter.com/epc6bHcS2A
— El Fantasma (@Fantasma_956) January 7, 2018
Me espanta ver los videos con golilleros, ausentes de conciencia que destruyen sin pensar. Acaso no hemos aprendido?
— Ibéyise Pacheco (@ibepacheco) January 6, 2018