EnglishEl tipo de cambio para bolívares venezolanos en el mercado negro alcanzó un hito el viernes pasado, y no en el buen sentido. La moneda en problemas ha disminuido en valor hasta el punto de que uno necesita ahora más de Bs. 100 para conseguir un solo dólar estadounidense, según lo documentado por DolarToday.com.
La tasa de Bs. 100,7 por dólar en el mercado negro significa que un bolívar vale menos que un centavo de dólar. Esto revela una inflación galopante, dado que hace un año la tasa era de Bs. 40. Esto pasa incluso después de que el régimen chavista eliminara tres ceros a la moneda en 2008 y lo renombrara “bolívar fuerte”, una etiqueta que no duró mucho tiempo. Este hecho pone gran presión sobre el presidente Nicolás Maduro, ya que la tasa oficial de Bs. 6,3 evidencia la brecha con el valor de mercado subyacente por un factor de 16 veces.
Si bien DolarToday es la referencia más importante y de mayor uso para los intercambios informales, hay otros como Aguacate Verde y Lechuga Verde, que cotizan a cada dólar estadounidense no muy lejos: Bs. 94,5.
La persistente caída del bolívar refleja el afán de los venezolanos de hacerse con dólares, en lugar de renunciar a su poder adquisitivo en medio de una inflación del 142%, según los cálculos de Steve Hanke del Instituto Cato. Este mes, el banco central de la nación incluso admitió una inflación de 63,4% en el último año, a pesar de las represivas políticas de control de precios y racionamiento.
“Para tener una idea, el billete de más alta denominación es el de Bs. 100”, explica Cassandra Izaguirre, cofundadora de SOS Worldwide y directora de operaciones de SOS Venezuela. “Hoy ese billete vale menos que un dólar estadounidense. Eso demuestra la magnitud de la crisis económica que enfrenta Venezuela”.
Bajo la dirección de Maduro, la disponibilidad de dólares ha disminuido de manera constante en todo el país. De hecho, el comité central monetario, Cencoex, ha introducido casi un 30% menos de moneda estadounidense a la economía nacional este año, que durante enero y agosto de 2012. Las reservas internacionales de divisas en el Banco Central de Venezuela han caído en un 29% desde el inicio de 2013, y se ha limitado el acceso de los ciudadanos venezolanos a los codiciados billetes extranjeros.
“[La escalada del dólar] se traduce en una mayor escasez, mayor inflación, y una menor calidad de vida para los venezolanos”, afirma Izaguirre. “A pesar de que al Gobierno no le gusta admitirlo, Venezuela depende totalmente de las importaciones. [Ya que] el dólar paralelo se utiliza como un indicador de precios de muchos bienes, los comerciantes aumentarán los precios, y el poder adquisitivo del ciudadano venezolano disminuirá más aún”.
Venezuela actualmente utiliza tres tipos de cambio oficiales para el dólar. Los importadores de artículos de primera necesidad, como alimentos y medicinas, usan una tasa de Bs. 6,3, mientras que a las importaciones de bienes de consumo menos esenciales se aplica una de Bs. 11.
Este año, el régimen lanzó el SICAD II, una nueva forma de adquirir divisas extranjeras, en un intento de frenar el tipo de cambio en el mercado negro —el único tipo de cambio en Venezuela que fluctúa de acuerdo con el libre mercado. Sin embargo, la tasa SICAD II de Bs. 50 ha fracasado en lograr el efecto deseado.
El complejo sistema monetario de Venezuela ha demostrado ser un elemento de disuasión a la producción nacional, elevando el costo de los insumos y contribuyendo a la escasez de productos básicos en el país.
Izaguirre dice que la inflación es el resultado de políticas económicas “que han sido aplicadas como ‘soluciones rápidas’ para mantener la popularidad y aparentar que se está haciendo algo”. Incluso si el tipo de cambio oficial no lo demuestra, explica Izaguirre, el mercado informal revela que las importaciones no han hecho más que encarecerse debido a la devaluación de la moneda nacional.
Frente a las intensas críticas, Maduro sostiene que la devaluación del bolívar ha sido precipitada por una continua “guerra económica”. Acusa a personas en países democráticos que, según Maduro, quieren desestabilizar el régimen orgullosamente socialista.