El kirchnerista Lázaro Báez, mejor conocido como el “empresario K”, quien está preso acusado de lavado de dinero, logró comprar cinco hectáreas en el parque nacional Los Glaciares, con complicidad del Gobierno de la provincia de Santa Cruz, al sur de Argentina.
Este parque, declarado Patrimonio Mundial por la Unesco en 1981, recibe anualmente miles de turistas de todo el mundo que se sienten atraídos por el glaciar Perito Moreno, el cerro Fitz Roy y otros glaciares de importancia.
La compra de Báez en el parque nacional se conoce luego de los allanamientos a todas su propiedades en Santa Cruz, ordenados por el juez que sigue la causa de la “ruta del dinero K”, Sebastián Casanello.
Báez habría adquirió los terrenos en la entrada de una zona llamada El Chaltén, a precios muy bajos, con la intención de venderlos posteriormente a un valor superior.
La propiedad debería ser expropiada por el Estado argentino cuando El Chaltén, en permanente crecimiento, necesite ampliar su superficie.
En ese predio había un puente militar que Báez retiró y construyó otro para comunicar sus campos comprados con dinero ilegal producto del lavado de dinero.
Según detalla el diario Clarín, Báez y su hijo Martín Báez son dueños de una propiedad llamada La Aldea S.A que tiene como domicilio fiscal la misma dirección que el hotel de la expresidenta Cristina Kirchner, que lleva el mismo nombre.
Según el diario argentino este hospedaje de montaña cerró sus puertas el 20 de marzo para iniciar una importante ampliación donde se incorporarán más habitaciones y se modificará su fachada.
Fariña pide a Báez que hable
Mientras los allanamientos siguen revelando toda la fortuna de Báez, el testigo protegido de la “ruta del dinero K”, Leonardo Fariña, volvió a hablar públicamente sobre el caso, pero esta vez dirigió palabras a su antiguo jefe.
Este lunes Fariñas concedió una entrevista al canal argentino TN, en la que sugirió a Lázaro Báez y a su hijo Martín Báez que colaboren con la justicia.
Se pudo conocer que Clarín, grupo al cual pertenece TN, tuvo que firmar una declaración jurada con la promesa de no revelar detalles sobre el sitio y las condiciones del encuentro con el testigo protegido.
Fariña señaló que se sentaría a hablar con los Báez para contarles lo que le ocurrió a él y les aconsejaría que colaboren “porque si no se les va a complicar demasiado” la situación.
“No van a recibir una mano. Les diría que busquen garantías procesales, que busquen protección y que digan las cosas como son. Porque no van a recibir nada de parte de ellos (Cristina Kirchner y su entorno). Es más, si los pudieran silenciar los van a silenciar”, indicó.
El valijero dijo estar convencido de que Lázaro Báez está recibiendo una fuerte presión para que no hable. “Al kirchnerismo le vendría perfecto que a Lázaro le dé un ataque al corazón”, agregó.
“Si hace bien las cosas, puede llegar a conseguir una prisión domiciliaria, o un alivio en sus condiciones de detención. Y a los hijos no los molestarían más. Porque él está condenando a la familia a una década de quilombos (problemas). No te digo que piense en el apellido, porque lamentablemente cuando hacíamos plata no pensábamos en el apellido. Pensábamos en cuánto tendríamos mañana”, comentó.
Fariñas agregó que no le guardaba rencor a Báez y que nunca hablaría mal de él, pero que tampoco negaría los delitos que cometieron. “Ojalá podamos hacer que Lázaro hable y que esto se termine. Tiene que sacarse el chip de la cabeza de que si no habla y encubre van a venir las manos mágicas y lo van a salvar. La vida de él no vale nada”.
El juez Casanello dictó prisión preventiva a a Báez y su contador, Daniel Pérez Gadín, y les ambargó todas sus cuentas bacarias.
Fuente: Clarín.