Las campañas electorales de 2010 y 2014 de la presidenta Dilma Rousseff, fueron financiadas con sobornos por obras en el sistema eléctrico y en Petrobras, así lo informó este jueves el diario Folha de S. Paulo.
De acuerdo con el reporte, un ejecutivo de la segunda compañía más grande de ingeniería en Brasil, reveló que cerca de 10 millones de reales (US$ 2.705.900) fueron donados a la campaña de la presidenta, los cuales surgieron de contratos provenientes de obras públicas.
Otávio Marques de Azevedo, expresidente de la constructora Andrade Gutiérrez, ofreció esta información en el marco de un acuerdo de delación premiada, en el que detalló los pagos en una hoja de cálculo que entregó a la Procuraduría General.
Los acuerdos para reducir sentencias son estrictamente confidenciales hasta que los testimonios son recabados por los fiscales y aceptados por un juez, pero Folha asegura haber accedido a los documentos a través de una fuente.
Según el diario brasilero, el ejecutivo aseguró que pagaron sobornos para ganar contratos en proyectos como el de la estación de energía nuclear Angra 3, la represa hidroeléctrica de Belo Monte y tres estadios erigidos para la copa mundial de fútbol de 2014.
Por su parte, el ministro Teori Zavascki, del Tribunal Supremo Federal (STF), aprobó este jueves la delación premiada de los ejecutivos de la empresa constructora Andrade Gutiérrez.
El Tribunal admitió la confesión tanto del expresidente de la empresa, Otavio Azevedo, como de Flávio Barra , un exejecutivo de la empresa. Dichas declaraciones servirán como prueba en el juicio, y permitirán que dichos imputados reciban una pena reducida.
Según la prensa brasileña, en el caso de la represa de Belo Monte, los ejecutivos afirmaron que el Gobierno actuó directamente a través del entonces ministro de Energía, Edison Lobão, en la licitación para construir dicha obra.
Según la confesión, el ministro se reunió con las empresas para llegar a un acuerdo y orientó sobre cómo hacer creer a la opinión pública que habría una verdadera competencia para conseguir el contrato de la obra.
Otávio Azevedo dijo que fue guiado por Lobão para reunir a otros contratistas con el fin de que aportaran, al mismo tiempo, el 1% del valor total de la obra a favor del Partido de los Trabajadores (PT) y el PMDB.
Presuntamente, cada organización política se benefició con al menos 150 millones (US$40.588.500) y 75 millones de reales (US$20.294.250).