
“Nicolás Maduro y Diosdado Cabello se repartieron Venezuela tras la muerte de Chávez”. Esta fue la afirmación de Efraín Campo Flores, uno de los “narcosobrinos” de la familia presidencial venezolana, de acuerdo con grabaciones que llegaron al diario estadounidense El Nuevo Herald.
En un reportaje publicado por Antonio María Delgado, la “herencia” que le dejó Chávez a los cabecillas del chavismo fue la repartición del poder: “Diosdado Cabello se quedó con los ingresos fiscales, la minería y los alimentos” mientras que Nicolás Maduro se quedó con la ganancia del petróleo.
Esta explicación la dio el “narcosobrino” cuando exponía el poder acumulado por Cabello frente a un presunto representante del Cártel de Sinaloa que cooperaba con la agencia estadounidense antidrogas DEA.
Otra de las impactantes revelaciones detallan el uso de fondos del narcotráfico para financiar las campañas electorales del chavismo; así como el uso arbitrario del sistema judicial para encarcelar a quienes incomoden al Ejecutivo.
Campo explicó que parte del dinero que recibiría con el tráfico de 800 kilogramos de cocaína sería enviado a dirigentes del chavismo ubicados en distintas parroquias para conseguir votos, cuyo costó estimó en unos US$100 por cada elector.
Según El Nuevo Herald, todas estas declaraciones fueron tomadas a finales de octubre de 2015 en una reunión que tuvieron en Caracas Campo Flores y el cooperante de la DEA, José Santos Peña.
“Se hizo un pacto, vamos a decir a puertas cerradas” y Cabello dijo: “Déjenme ustedes estas tres cosas a mí (la recolección de impuestos, la minería y los dólares preferenciales vinculados a la importación de alimentos) y ustedes solamente dominan el petróleo completo”, explicó Campo en la conversación, que había sido organizada para negociar múltiples envíos de cocaína a Estados Unidos.
En el mismo audio al que tuvo acceso El Nuevo Herald, el “narcosobrino” afirma que Diosdado Cabello mantiene el control de los puertos y aeropuertos del país suramericano.
Pero una de las tajadas más atractivas de los negocios en Venezuela es el acceso al tipo de cambio preferencial para la importación de alimentos, los cuales son adquiridos a una tasa escandalosamente inferior frente al tipo de cambio paralelo, el que está disponible para la inmensa mayoría de los venezolanos.
El tipo de cambio oficial para las importaciones prioritarias tiene una tasa preferencial de 10 bolívares por dólar, frente a la tasa paralela (mercado negro) que el jueves fluctuaba por encima de 4.600 bolívares por dólar.
Operaciones corruptas con dólares adquiridos con la tasa preferencial y luego desviados al mercado negro, donde generan colosales ganancias, han costado a la nación más de US$25.000 millones, según denunció años atrás el exministro de Planificación y Finanzas, y otrora gurú económico de Chávez, Jorge Giordani.
Fuente: El Nuevo Herald.