
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, presentó la nueva estrategia de Seguridad Nacional de Estados Unidos en la cual advierte sobre la influencia de Rusia y China en el hemisferio occidental y resalta que mantendrá su lucha contra la dictadura en Venezuela.
En un discurso ofrecido en el Centro Ronald Reagan, en Washington, el mandatario reconoció los nuevos retos a lo que se enfrenta EE. UU.
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En su nueva estrategia de Seguridad Nacional, Trump prioriza la crisis en Venezuela y ratifica que seguirá trabajando para “aislar a los gobiernos” que no contribuyen en la paz y prosperidad del hemisferio.
“Miramos hacia adelante hasta el día cuando los pueblos de Cuba y Venezuela puedan disfrutar de la libertad y los beneficios de la prosperidad compartida”, señala el documento donde además insta a países de la región a sumarse a este esfuerzo.
Trump reconoce que los desafíos en el hemisferio permanecen, sobretodo en casos de delito internacional y carteles de droga. Resalta la corrupción y el narcotráfico así como la evidente dependencia tanto de Venezuela y Cuba con los países “competidores” (China y Rusia).
El documento expuesto por el gobierno estadounidense indica que dichas naciones encontraron “espacio operativo” en el hemisferio y que los regímenes como el de Raúl Castro y de Nicolás Maduro “se aferran” a estos “anacrónicos modelos autoritarios de izquierda”.
“China busca llevar la región a su órbita a través de inversiones y préstamos dirigidos por el Estado. Rusia continúa su fallida política de la Guerra Fría aupando a radicales aliados cubanos, mientras Cuba continúa reprimiendo a sus ciudadanos”; señala el documento.
Estados Unidos califica al país asiático y al europeo como sus “máximos competidores” y asegura que dichas naciones buscan redibujar el poder global a favor de sus propios intereses.
“Tanto China como Rusia apoyan la dictadura en Venezuela y están buscando expandir sus enlaces militares y la venta de armas a través de la región”; advierte el documento.
En la nueva estrategia de seguridad nacional, Trump prioriza los intereses del país frente al mundo, y reconoce que potencias como Rusia y China se han erigido como “poderosos rivales” que pueden suponer potenciales amenazas.
El documento identifica cuatro pilares de la estrategia: proteger la patria, promover la prosperidad de EE. UU, preservar la paz mediante la fortaleza e impulsar la influencia estadounidense.
En relación con la influencia y amenazas en las redes sociales por parte de las dos potencias, Trump aseguró que “desarrollará nuevas formas de enfrentar a aquellos que usan los nuevos dominios, como el ciberespacio y las redes sociales, para atacar” al país y a su sociedad.
Y es que desde que Donald Trump llegó al poder en Estados Unidos mostró un firme interés ante los hechos en Venezuela y el régimen de Raúl Castro, a tal punto de continuar con el embargo hacia la isla.
El mandatario estadounidense ha sido claro ante las violaciones a derechos humanos en dichos países y en casos como el de Venezuela decidió sancionar a decenas de funcionarios chavistas involucrados tanto en corrupción como en crímenes de lesa humanidad.
Aunque EE. UU. mantiene sus relaciones diplomáticas con Rusia y China, admite las intenciones de esos países en sus intentos por marcar territorio en continente americano; ambas naciones han incrementado sus lazos económicos con los regímenes autoritarios.
Estados Unidos sabe que Venezuela ha mostrado gran dependencia ante China por los millonarios préstamos y acuerdos binacionales al punto de que el país asiático se haya apropiado del manejo de la refinería Cardón en Venezuela, perteneciente a la estatal PDVSA.
Lo mismo sucede con Rusia, la cual no solo mantiene el manejo de la refinería de Amuay sino que además existe una alta posibilidad de que la nación europea se quede con Citgo en Estados Unidos.
Y es que en diciembre de 2016 por debajo de la mesa y de manera secreta, Nicolás Maduro hipotecó la refinería de PDVSA en EE. UU., Citgo, entregando el 49,99 % de las acciones a Rusia; esto a cambio de un préstamo de USD $1,5 mil millones.
La petrolera venezolana PDVSA adjudicó prácticamente el control de la refinería en Estados Unidos a la estatal rusa Rosneft, según un documento que dio a conocer el Latin American Herald Tribune, donde Rosneft admite que controla el 49,99 % de las acciones de Citgo.
Si Citgo o PDVSA incumplieran con el pago del millonario préstamo, la compañía estatal rusa Rosneft podría terminar siendo dueña de importantes refinerías de petróleo y oleoductos en Estados Unidos.
Cabe destacar que Estados Unidos y Rusia transitan un muy mal momento en sus relaciones diplomáticas. El Congreso de Estados Unidos en julio estableció la posibilidad de imponer sanciones a empresas de terceros países que inviertan en los sectores energético, minero, y ferroviario ruso, y en la ley prohíbe explícitamente al presidente Trump eliminar las medidas ya adoptadas.