Tras superar más de 22 años sin el virus del sarampión, Ecuador registra su primer caso procedente de Venezuela; situación que demuestra una vez más, la grave crisis humanitaria que enfrenta el país gobernado por Nicolás Maduro.
Aunque en 2016 la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró a América Latina libre de este virus, los diferentes brotes de enfermedades en Venezuela reactivaron la alarma de las autoridades sanitarias.
De acuerdo con Verónica Espinosa, ministra de Salud de Ecuador, el caso se registra en un niño de cinco años que ingresó enfermo a ese país el pasado 27 de marzo. Informó que el último caso autóctono de sarampión en ese país se registró en 1996.
?Ministerio de @Salud_Ec confirma la existencia de un caso de sarampión importado; el paciente es un niño de cinco años de edad, quien ingresó el pasado 27 de marzo por el puente fronterizo de Rumichaca. #AcciónContraElSarampión.
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Aunque se activó rápidamente una alerta epidemiológica y las autoridades lograron aislar el caso, Espinosa recomendó a las madres ecuatorianas cumplir estrictamente los plazos de vacunación, a fin de evitar el contagio de este virus, que es altamente contagioso y que puede llegar a ser mortal.
Un paciente infectado con sarampión puede contagiar de 12 a 18 personas; pero tras 15 años en los que en Venezuela no se registró ni un solo afectado, entre el 22 de agosto y el 11 de septiembre ocho casos fueron confirmados en el estado Bolívar, al sureste de ese país.
Entre la última semana de febrero y la segunda de marzo de 2018, se contabilizaron 28 niños fallecidos por sarampión en el estado Delta Amacuro. Algunos de los menores pertenecían a la etnia indígena Warao, quienes vivían en poblaciones de Tucupita, Pedernales y Antonio Díaz, en la entidad ubicada en la región nororiental del país sudamericano; según indicó la Asociación civil indígena Kapé Kapé.
Y es que tras el inminente aumento migratorio de Venezuela, también se presenta una alerta en los países de América Latina; pues ante la escasez de medicamentos y vacunas en el país gobernado por Maduro; los venezolanos también han decidido emigrar para tratar sus afecciones.
A finales de 2017, Venezuela registró seis potenciales epidemias que generaron alarma sanitaria; en todo el territorio resurgieron la malaria, la difteria, la tuberculosis, el sarampión, el VIH y la escabiosis.
Mientras la dictadura venezolana mantiene oculta la información epidemiológica, la situación en Venezuela empeora sin existir cifras oficiales. Según la Organización Panamericana de la Salud, fueron detectados el año pasado más de 700 casos en venezolanos.
Este caso de sarampión en Ecuador, no es el primer caso importado desde Venezuela; pues Colombia ha sido la nación más afectada por el brote de esta enfermedad; Brasil por su parte, también registra ocho casos confirmados provenientes de Venezuela.
En Colombia el primer diagnóstico se hizo en Medellín a principios de marzo, y el tercero, en la misma frontera, en Cúcuta, donde desde hace semanas el ministerio de salud colombiano y organizaciones internacionales emprendieron campañas intermitentes de vacunación.
El cuarto caso de sarampión importado se dio en Arjona, municipio colombiano del departamento de Bolívar, cercano a Cartagena de Indias.
Mientras todo esto sucede, y se registran más casos en América Latina, para Nicolás Maduro es una “exageración” la escasez de vacunas, medicamentos y hasta los fallecimientos por la crisis.
En Venezuela no solo hay escasez de medicamentos para enfermedades graves o terminales; con el pasar del tiempo la ausencia de medicinas básicas impide el tratamiento de padecimientos como la hipertensión, la diabetes, infecciones respiratorias agudas y hasta diarrea. Mientras que para conseguir las vacunas es necesario contar con el chavista carnet de la patria, o tener acceso a dólares para pagarlas a través de la medicina privada.
“Un crimen de Estado”
Gustavo Villasmil, médico internista y docente de la Universidad Central de Venezuela, quien junto a asociaciones médicas apeló a través de la Iglesia católica (Cáritas) la solicitud de ayuda humanitaria, dijo a PanAm Post que en Venezuela se necesitan 34 mil millones de dólares para recuperar el sector salud.
En Venezuela se necesita de una inversión en salud correspondiente a más de 4 veces las reservas del país, a un aproximado de 34 mil millones de dólares, la sanidad pública ha sido deliberadamente destruida en manos del chavismo.
Dijo que hay otros tres indicadores que revela la crisis en Venezuela; la escasez de galenos, de camas hospitalarias y de tecnologías médicas.
“Hemos visto partir a más de 20.000 de los médicos mejor formados en el país, ahora muchos están en Europa, el Perú, Chile y Estados Unidos”, señaló.
Villasmil agregó que en Caracas el último hospital que se construyó, se levantó en el año1987 siendo presidente Jaime Lusinchi. “Hay un déficit neto de 40 mil camas de hospital, que equivale a la construcción de 33 grandes hospitales”; señaló.
El especialista agregó que además existe un alto déficit de tecnologías médicas: “En Venezuela la encuesta nacional de hospitales del año pasado estableció que el 80 % de todos los equipos de imágenes medicas de las redes de hospitales públicas, estaban fuera de operación”.
Lo que está haciendo el chavismo es “un crimen contra el débil entre los más débiles que es el enfermo, esto es un crimen de Estado”; señaló.