Una nueva epidemia resurgió en Venezuela tras un brote de mal de Chagas que ocasionó la muerte de cinco personas y el contagio de otras 40 en el estado Táchira al occidente del país; justamente en la frontera con Colombia. Los fallecidos son un bebé de 11 meses, un mujer de 79 años, y tres hombres de 31, 42 y 51 años.
Gustavo Villasmil, médico internista y docente de la Universidad Central de Venezuela, quien junto a asociaciones médicas apeló a través de la Iglesia católica (Cáritas) la solicitud de ayuda humanitaria, dijo a PanAm Post que el brote de cualquier enfermedad en el país “es una expresión dramática que está teniendo el mundo, sobre la grave crisis humanitaria que se padece bajo el régimen chavista”.
“Existe un contexto epidemiológico dado en este caso por un Estado en el cual se han derrumbado las condiciones mínimas de salud pública, por los cortes de luz, la falta de agua potable, la escasez de combustible, y problemas de abastecimiento; a esto se vino a agregar un exodo no visto en ninguna región del mundo que no solo afecta al estado Táchira sino a toda Venezuela”, señaló el especialista.
“Que me digan que hay chagas o salmonelosis no me extraña porque esa es la expresión de la crisis humanitaria en Venezuela. Es una enfermedad originaria de la selva, que ahora puede resurgir porque los venezolanos se están alimentando en condiciones insalubres, con alimentos mal procesados”; agregó
El brote de dicha enfermedad surge en el país suramericano en medio de una crisis sin precedentes enmarcada en una escasez de medicamentos que supera el 90 %, y que impide a los venezolanos tratarse cualquier afección.
Pero la infección del Chagas provocada por el parásito Trypanosoma cruzi solo puede curarse si el tratamiento se administra al poco tiempo de producirse la infección.
En 2012 y 2015 galenos venezolanos alertaron sobre una epidemia en Venezuela del mal de Chagas; tres años después resurge la enfermedad en paralelo con otros brotes como el sarampión, que ya empezó a esparcirse en otros países de la región.
El chagas agudo puede transmitirse de distintas maneras y las dos más comunes son por la picada del chinche o por los excrementos del animal en frutas. Es una enfermedad que no solo puede causar la muerte de los pacientes si no es tratada a tiempo; sino que además deja efectos colaterales atemporales como cefaleas, edemas y erupciones, problemas de articulaciones, pérdida de memoria, taquicardias, insomnio y hasta depresión.
A finales de 2017, Venezuela registró seis potenciales epidemias que generaron alarma sanitaria; en todo el territorio resurgieron la malaria, la difteria, la tuberculosis, el sarampión, el VIH y la escabiosis.
Todo esto se da en un país donde la salud pública está en decadencia, donde las camas hospitalarias son insuficientes, y el acceso a las vacunas es casi un imposible.
Los médicos están atados de manos porque el ingreso de medicamentos al país solo está en manos del régimen, la producción de las pocas farmacéuticas que están en el país está en caída libre y las vacunas no se consiguen. Mientras esto sucede, la salud de la población está en riesgo y el Gobierno de Nicolás Maduro no admite una crisis humanitaria.
Ahora Venezuela no solo debe estar alerta a este nuevo brote de la enfermedad que pone en peligro la vida de las personas, ahora también los países de la región deberán tomar medidas ante la posibilidad de que se propague gracias al aumento migratorio de los venezolanos.
Recientemente se conoció cómo en Ecuador tras superar más de 22 años sin el virus del sarampión, registró su primer caso procedente de Venezuela.
Este caso de sarampión en Ecuador, no es el primer caso importado desde Venezuela; pues Colombia ha sido la nación más afectada por el brote de esta enfermedad; Brasil por su parte, también registra ocho casos confirmados provenientes de Venezuela.
“En un país con una autoridad sanitaria competente esto no sucediera, como tampoco deberían ocurrir los casos de sarampión, hoy Venezuela es la única nación que está produciendo casos de sarampión”; sentenció Villasmil.
Mientras todo esto sucede, y se registran más casos en América Latina, para Nicolás Maduro es una “exageración” la escasez de vacunas, medicamentos y hasta los fallecimientos por la crisis.