Se “desmorona” la integridad de la Organización de Naciones Unidas (ONU), la cual se ha convertido en una especie de refugio para funcionarios involucrados en graves casos de corrupción.
El organismo, que es la mayor organización internacional existente, ha permitido que en sus pasillos caminen impunemente personajes que hoy enfrentan investigaciones y que han sido señaladas hasta de delitos como el lavado de dinero.
Fue en 2015 cuando se destapó uno de los más grandes casos de corrupción en la historia de la ONU, pues John Ashe, diplomático de Antigua y Barbuda y expresidente de la Asamblea General de las Naciones Unidas, fue detenido en Nueva York tras aceptar sobornos de empresarios chinos.
Desde ahí, el organismo internacional se ha ido desprestigiando, al punto de que a nivel mundial se empieza a dudar sobre su verdadera misión.
Bachelet: silencio y corrupción
Uno de los ejemplos más recientes es el nombramiento de la expresidente de Chile, Michelle Bachelet, como Alta Comisionada de Derechos Humanos en la ONU.
Hasta hace pocos meses, Bachelet respaldaba abiertamente al régimen de Nicolás Maduro; nunca se atrevió a calificarlo como dictador ni a condenar enérgicamente las violaciones a los derechos en Venezuela; por el contrario, prefirió mantenerse en silencio.
Pero no es solo una paradoja el hecho de que la exmandataria ahora sea funcionaria de la ONU como defensora de DD. HH., también lo es el hecho de que tanto ella como su hijo se vieran vinculados por corrupción en Chile en relación con un millonario negocio inmobiliario.
Heredia: lavado de activos
Pero el caso de Bachelet no es el único que ayuda a desprestigiar aún más a la ONU, pues en 2016 se conoció que Nadine Heredia, exprimera dama de Perú, sería funcionaria de la ONU para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
Heredia recibiría inmunidad diplomática al trabajar para el organismo internacional, a pesar de estar involucrada “hasta el cuello” por el caso Lava Jato, el caso de corrupción más grande de América Latina.
Mientras Nadine era investigada en Perú por lavado de activos y fraude, la ONU la nombraba funcionaria de enlace de la FAO en Ginebra.
Fue en mayo de 2017 cuando Heredia decidió renunciar a dicho cargo “debido a las reglas de conducta” que le impuso el Poder Judicial de Perú, a causa del proceso por lavado de activos que afronta; no fue la ONU quien decidiera prescindir de sus servicios al conocer el escándalo.
La hija de Chávez
Pero como si esto no fuera poco, se mantiene el continuo desprestigio de la ONU con casos como el de los venezolanos María Gabriela Chávez y Rafael Ramírez.
La hija del expresidente Hugo Chávez Frías fue designada embajadora alterna de Venezuela ante la ONU. Es la mujer más rica del país suramericano, y una de las primeras en el mundo. De acuerdo con la revista Forbes, tendría más de USD $4.000 millones en sus cuentas de Andorra y EE. UU.
La hija del expresidente venezolano estaría involucrada en una organización delictiva que tiene vínculos internacionales y actividades de lavado de dinero.
Además, se vio “salpicada” por el escándalo relacionado con la venta de sobreprecio de arroz en Argentina.
De acuerdo con el diario Clarín, en los embarques de arroz dirigidos al país caribeño, la única beneficiaria es una firma desconocida en el sector, que vende a precios muy inflados y cuyos dueños tienen trato directo con Julio De Vido, exembajador argentino en Venezuela, y con María Gabriela Chávez.
Otro por lavado de dinero
Pero el más descarado caso de cómo la ONU se ha convertido en refugio de graves corruptos, es el de Rafael Ramírez, quien hasta 2017 fue representante de Venezuela en la ONU y contaba con inmunidad diplomática.
Actualmente, Ramírez es investigado en Estados Unidos y en Venezuela por corrupción en la estatal petrolera PDVSA. En diciembre pasó a la clandestinidad, luego de que el régimen de Maduro lo dejara escapar.
El exfuncionario de la ONU fue pieza común de lavado de dinero en EE. UU. y Europa. Ramírez estaría involucrado en acciones ilícitas en suelo norteamericano luego de que se conociera que su hermano, Fidel Ramírez Carreño, está entre los beneficiarios del envío de millones de dólares con soporte en facturas falsas.
Acoso sexual
A todo esto se suma el escándalo internacional de casos de abuso sexual al interior del organismo, tras una investigación divulgada por The Guardian en la que se señala a la ONU de haber permitido la proliferación de casos de acoso y agresión sexual contra sus empleadas en sus oficinas de todo el mundo.
El periódico británico entrevistó a docenas de trabajadores y exempleados de la organización, quienes describieron una “cultura del silencio” dentro de su estructura. Según la investigación, a pesar de las denuncias, todos los supuestos agresores continúan en sus puestos de trabajo.
Y es que, en teoría, la ONU fue creada para facilitar la cooperación en asuntos como el derecho internacional, la paz y seguridad internacional, el desarrollo económico y social, los asuntos humanitarios y los derechos humanos. Sin embargo, dichos objetivos solo han quedado plasmados en papel.
Hoy, esta organización no solo no exige requisitos mínimos de integridad y experiencia para que un funcionario sea parte de ella, sino que, además, sus organismos independientes dejan mucho que desear, como el Consejo de Seguridad, el cual se ha mantenido silente ante la dictadura en Venezuela y la necesidad de que exista una intervención humanitaria en el país suramericano tras la grave crisis.