Manuel Torres es el sexto periodista mexicano asesinado en lo que va de año. El director del portal de Noticias MT recibió un tiro en la cabeza el pasado sábado 14 de mayo cuando regresaba de trabajar. El hecho ocurrió en la zona de Poza Rica, en Veracruz, donde ya han sido asesinados 18 reporteros de distintos medios de comunicación desde que llegó al poder el gobernador Javier Duarte, del partido Partido Revolucionario Institucional (PRI), en 2010.
La víctima tenía más de 20 años de carrera profesional y hasta hace un año y medio se desempeñó como corresponsal de TV Azteca. Sin embargo, la Fiscalía mexicana intentó desvincular el crimen de la labor periodística de Torres y sólo mencionó que colaboraba con un concejal de la región, según un comunicado oficial del organismo.
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No obstante, la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) incluyó el caso en un protocolo de investigación de asesinatos y agresiones a periodistas “Exigimos que se aclare el crimen y se dé con los culpables. No debe prevalecer la impunidad”, declaró a los medios de comunicación Luis Raúl González, presidente del organismo defensor de derechos humanos.
Al parecer, el periodista habría intentado defenderse de su atacante con un destornillador que fue hallado junto al cadáver, muy cerca del casquillo calibre 9mm de la bala que le dispararon en la cabeza. Las autoridades locales aún no han establecido el posible móvil del asesinato del periodista.
Veracruz ha sido catalogado como el estado más peligroso para ejercer la labor de periodista en México, según la organización defensora de la libertad de expresión Artículo 19. Desde 2009 y hasta 2015 han sido documentados por esta ONG el asesinato de al menos 55 periodistas, todos con perfiles similares: víctimas de poco renombre, directores de pequeños medios digitales que denuncian en sus espacios los hechos ocurridos en sus localidades.
El caso de Torres es el más reciente, pero en enero de este año ocurrió algo similar con el periodista Moisés Sánchez, quien dirigía un pequeño semanario comunitario en Medellín Bravo, también en Veracruz. Esta víctima fue sacada de su casa a rastras por nueve hombres encapuchados que lo atacaron frente a su mujer y sus hijos, se lo llevaron de la vivienda y lo degollaron. En principio se dijo que había sido asesinado por su oficio de taxista, pero al final las investigaciones determinaron que la orden de matarlo la había dado el propio jefe de la policía municipal, para “silenciar a un periodista incómodo”.