Las FARC, al parecer, se dedicarán a viajar por diferentes zonas de Colombia pidiendo perdón por sus crímenes. En actos públicos dirán que están arrepentidos y realizarán ceremonias de petición de perdón serán igual de conmovedoras que la celebración de la firma del acuerdo en Cartagena. Porque si algo entienden bien tanto el grupo guerrillero, como el Gobierno, es que hay que mantener un clima favorable y lograr que los colombianos no vean a las FARC como lo que son: unos asesinos seriales.
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En Colombia, aunque muchos parecen no darse cuenta, no se asiste a un verdadero acto de contrición, sino a todo un show mediático para lograr aclimatar al país para lo que supone la destrucción de las formalidades democráticas que durante años se mantuvieron más o menos estables.
Juan Manuel Santos necesita que los colombianos vean a las FARC arrepentidos, de modo que el rechazo a su iniciativa de desconocer los resultados del plebiscito no sea tan grande. En nuestra videocolumna de hoy analizamos lo que algunos creen que es un arrepentimiento verdadero, pero que no va más allá de una premeditada estrategia para conseguir el poder.