Ayer en la noche el Tribunal Supremo Federal de Brasil rechazó el recurso de habeas corpus que el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva presentó con la intención de evitar la cárcel tras ser condenado a 12 años por corrupción. Sin embargo, la detención del exmandatario podría tardar varias semanas.
Tras horas de debate, once jueces del tribunal tomaron la decisión final sobre el recurso interpuesto por Lula. El resultado fue de seis votos en contra y cinco a favor, una apretada votación que refleja perfectamente la polarización del país.
Lula había sido hallado culpable ya en segunda instancia, y según una jurisprudencia dictada por el propio Tribunal Supremo, una sentencia ratificada en segunda instancia, permite el inicio de la ejecución de la pena. Sin embargo, Lula frenó su ingreso a la cárcel con el recurso de habeas corpus.
Aun le queda un último recurso
Ahora que fue rechazado ese recurso, la decisión queda en manos de la corte de segunda instancia, que amplió de nueve a doce años la condena del expresidente, ante la cual Lula todavía puede intentar una revisión de la redacción de la sentencia.
Si la corte acepta esa revisión, el expresidente iría a la cárcel una vez se analice ese nuevo recurso. Esta nueva estrategia de Lula podría postergar su captura hasta finales de abril.
Así las cosas, pareciera quedar sepultada la aspiración del líder del Partido de los Trabajadores de ir a los comicios que se realizarán en octubre, en los que según las encuestas él habría sido el ganador.
La última encuesta sobre intención de voto para presidenciales en Brasil, publicada por MDA en marzo, da como ganador a Lula con un 33,4%, seguido por Jair Bolsonaro con 16,8%. Pero además, según esta misma encuesta, que concuerda con otras realizadas anteriormente, en cualquier escenario Lula sería el ganador en segunda vuelta. ¿Qué sucederá ahora que el jefe de la izquierda brasilera no puede ir a presidenciales?
Lo más probable es que Bolsonaro, polémico candidato de derecha, competirá en segunda vuelta con la ambientalista y exministra Marina Silva. También podría ocurrir que Lula traslade su apoyo a Ciro Gomes, un político respetado dentro de la izquierda brasilera. Pero aún si eso ocurriera, queda la duda de si el expresidente es capaz de trasladar sus votos a otro candidato.
Es incierto el panorama político para las elecciones presidenciales de octubre ahora que el exmandatario definitivamente no podrá participar. La carrera presidencial ahora se pondrá más interesante. ¿Surgirá un nuevo líder de izquierda que capte los votos de Lula?
No sabemos, pero ciertamente lo que ocurre en Brasil muestra cómo la izquierda cautiva seguidores aún cuando se comprueban sus delitos y sale a la luz su podredumbre.