El ministro de Hacienda de Colombia, Alberto Carrasquilla, aún no logra librarse de los ataques liderados por la izquierda de su país. Hace poco asistió a un debate de control político en el Congreso, citado por el Polo Democrático, en el que respondió claramente a todos los cuestionamientos que le hicieron.
Pero parece que no fue suficiente para el senador Jorge Robledo y los enemigos del Centro Democrático. Esta semana el experimentado congresista ha anunciado que junto a 18 senadores de oposición citará al ministro a un debate de moción de censura para promover su salida del gabinete.
Incluso para muchos de los que atacan al economista, es claro que la moción no va a prosperar. Desde la Constitución de 1991, 21 ministros han sido sometidos a una moción de censura y ninguna ha tenido éxito.
Pero en el caso particular de Carrasquilla no es solo que las estadísticas muestran una muy baja probabilidad de que la oposición logre el suficiente apoyo para sacarlo. Sino que, como incluso reconoce el mismo Daniel Coronell, quien fue el que armó el paredón mediático contra Carrasquilla, no hay ilegalidad en el comportamiento del jefe de Hacienda.
El problema es que, como siempre ocurre con las acusaciones mediáticas que se hacen obedeciendo a odios e intereses políticos, aunque se muestren las pruebas y el señalado compruebe su inocencia, el daño es irreversible.
En la memoria de muchos colombianos quedarán los señalamientos hechos por Coronell y por Robledo. Porque, además, a los medios, en su mayoría de línea izquierdista, les interesa el escándalo de la acusación, pero poco se preocupan por darle espacio a la defensa del acusado y por señalar a quien calumnia.
Por eso en este texto resumo los puntos claves para entender la falsedad de las acusaciones a Carrasquilla y por qué no es un corrupto.
1. ¿Qué son los “bonos agua”?
En 2007, de la mano del Banco Mundial, se articuló una reforma constitucional que abría la posibilidad para que los alcaldes de diferentes municipios de Colombia empeñaran recursos futuros, que les giraría la nación para agua y saneamiento básico, como garantía para que pudieran conseguir préstamos para hacer obras necesarias en esos aspectos.
Esa reforma logró que los alcaldes pudieran conseguir inversionistas que les prestaran dinero, con la facilidad de no tener que convencerles de que sus municipios iban a pagar, porque daban la garantía de que la nación se haría responsable del pago.
A Carrasquilla lo acusan de haber sacado adelante esa reforma para luego convertirse en asesor de la emisión de los bonos.
Pero hay que ser exactos. En esa época Carrasquilla salió del Gobierno meses antes de que el Congreso aprobara la ley 1176 y no tuvo nada que ver con la estructuración de las normativas de los famosos bonos. Esa ley fue radicada en agosto de 2007 y aprobada por el Congreso en diciembre de ese mismo año. Carrasquilla salió del Ministerio en marzo.
Lo que el ministro impulsó fue una reforma donde se discutía el sistema general de participaciones: los dineros que el Gobierno nacional le envía a departamentos y municipios. En 2001 ese sistema cambió y la reforma expiraba en 2009, había que discutir necesariamente si se continuaba con el esquema introducido en el 2001 o si se hacía algún cambio.
Carrasquilla, como le correspondía por ser el jefe de la cartera, radicó una reforma constitucional que iba en línea con la del 2001. Toda reforma debe pasar por ocho debates, en este caso, los cuatro primeros definieron la regla general, se aceptó la idea de darle continuidad a la reforma del 2001. En eso fue en lo que participó el ministro de Hacienda.
La segunda parte del debate se dio cuando él ya había salido del Ministerio, su sucesor, Óscar Iván Zuluaga, radicó la ley 1176, y para perfeccionar los planes departamentales de agua y los “bonos agua” se expidió un decreto a finales del 2008, casi año y medio después de la salida del entonces exministro.
De modo que Carrasquilla impulsó la reforma general, asunto que era su trabajo, pero nada tuvo que ver con la estructuración normativa que permitió la creación de los conocidos bonos.
2. ¿Qué es Konfigura Capital?
En marzo de 2008 se constituye Konfigura Capital, una firma dedicada a la prestación de servicios profesionales de consultoría y asesoría en temas financieros, de salud, educación, telecomunicaciones y construcción de infraestructura. Desde el 19 de julio de este año Carrasquilla dejó de ser socio de la compañía.
Konfigura tenía, para ese momento, tres propietarios: Navemby Investment Group Inc, con el 98 % de las acciones; Alberto Carrasquilla, con apenas el 1 %, y Andrés Flórez Villegas, quien fue director general de regulación financiera en el Ministerio, con el 1 % restante.
Esta empresa prestó, junto con otras firmas de reconocida trayectoria, un servicio de asesoría para la emisión de los bonos que le permitirían a los municipios conseguir recursos. Es decir, la empresa de la que Carrasquilla era socio, recibió honorarios por asesorías. Como ha dicho el actual ministro: ni a título personal, ni a través de Konfigura Capital se compraron o vendieron “Bonos de Agua”.
La compra y venta de los bonos estuvo a cargo del Grupo Financiero de Inversiones (GFI). Una empresa que creó el fondo neoyorquino Panamerican Capital para que todos los municipios interesados sumaran esfuerzos y realizaran una gran oferta de bonos. Y quien manejó el dinero fue Alianza Fiduciaria.
3. Las descaradas mentiras sobre Carrasquilla
Según Robledo, a los prestamistas les pagaron “la atractiva tasa de UVR+8 %, en tanto a los municipios les cobraron la muy alta de UVR+11 %, porque Carrasquilla y sus socios se quedaron con el 3 %, unos $14.000 millones anuales durante cinco años”.
Lo que no entiende el senador es que Konfigura se limitó a prestar un servicio de asesoría, por lo tanto es mentira que se haya quedado con la diferencia entre la tasa de colocación y la de préstamo de los “Bonos Agua”.
El otro reclamo que se le hace al ministro es que el dinero fue mal utilizado por los alcaldes. Pero, ¿qué tiene que ver eso con Carrasquilla? ¿Acaso él era el responsable de hacer buen uso del dinero que se prestó?
Por último, hay quienes entienden todo lo que he mencionado acá, por lo tanto reconocen que no hay ninguna actuación ilegal, pero afirman que es un asunto de falta de ética. Parece que creen que Carrasquilla estructuró el proyecto cuando era ministro, no pensando en solucionar un problema de financiamiento de los municipios, sino planeando beneficiarse a largo plazo.
Lo que el jefe de la cartera hizo fue cumplir con su trabajo e impulsar una reforma que se debía hacer, no había otra opción. Sus críticos lanzan estas acusaciones desconociendo que nada tuvo que ver con la estructuración normativa que permitió la creación de los bonos. Pero, además, en mi opinión, incluso si hubiera tenido el conocimiento detallado y hubiera sido el responsable, no veo por qué no pudiera asesorar en el tema.
En Colombia no es fácil sacar una reforma constitucional, debe pasar demasiados controles y debates como para decir que una persona puede hacer lo que quiera, incluso en perjuicio de los colombianos, para luego beneficiarse. Carrasquilla no es, ni hubiera podido ser, un dictador que cambia la Constitución a su antojo para luego beneficiarse.
Que quede claro que no tiene nada de inmoral, ni falta a la ética, utilizar los conocimientos que uno ha adquirido en su carrera profesional para hacer negocios y prestar asesorías. Y señalar, por ejemplo, que los ingresos del ministro en algún periodo fueron altos, no es más que intentar satanizar a alguien por su trabajo duro y su éxito.
Las acusaciones que le hacen a Carrasquilla no tienen ningún sentido, ni ha cometido un delito ni ha faltado a la ética.
El ministro está siendo atacado porque la izquierda sabe que es el hombre clave para poner a funcionar la economía colombiana, ya lo hizo una vez y ahora, entendiendo la crítica situación que vive Colombia, aceptó los ruegos del Centro Democrático para volver a encaminar al país por la senda de crecimiento. Este, en el fondo, es un ataque al presidente Duque.