Ayer se reunieron los dos grandes líderes de la derecha en el continente: Donald Trump, presidente de Estados Unidos, recibió en el Despacho Oval a Jair Bolsonaro, mandatario de Brasil.
Los medios de comunicación se despacharon con titulares como el de El Pais: “Trump y Bolsonaro exhiben su alianza populista y azuzan el miedo al socialismo”. En redes sociales los izquierdistas daban sus predicciones apocalípticas según las cuales Trump y Bolsonaro incluso acabarán con el medio ambiente.
Mientras tanto, la derecha de todo el continente, y millones de venezolanos esperanzados en lo que de esta reunión pudiera salir respecto a su país, miraban con emoción el acontecimiento.
Trump no se frenó en sus halagos a Bolsonaro. “Es un gran honor tener al presidente Bolsonaro aquí, ha hecho un trabajo excelente, y compitió en una campaña electoral increíble. Algunos dicen que a la gente le recordaba un poco nuestra campaña, algo que me honra”, dijo Trump al recibir a su homólogo brasileño.
El mandatario estadounidense también aseguró que “apoya” la entrada de Brasil en la OCDE y que tiene intenciones de conceder al gigante suramericano privilegios militares similares a los que reciben los aliados que son miembros de la OTAN. Afirmó, además, que Brasil y Estados Unidos “nunca han estado más cerca”.
Mientras tanto, Bolsonaro destacó el “cambio” de liderazgo en Brasil, recordando que el país lleva décadas de presidentes “antiestadounidenses”. “Tenemos muchas cosas en común con el señor Donald Trump y es para mí un motivo de orgullo y satisfacción. Él quiere un Estados Unidos grande, yo también quiero un Brasil grande. A partir de este momento, Brasil estará más que nunca en contacto con los Estados Unidos”, dijo Bolsonaro.
Entre los temas que se discutieron ayer está por supuesto la amenaza del socialismo y sus desastres.
“El crepúsculo del socialismo ha llegado a nuestro hemisferio, y espero que, por cierto, también haya llegado esa hora del crepúsculo, en nuestro gran país … Lo último que queremos en los Estados Unidos es el socialismo”, dijo Trump en la rueda de prensa que dio al lado de Bolsonaro.
Los dos mandatarios confirmaron también que uno de sus temas principales fue la situación de Venezuela, Trump insistió que “Estados Unidos considera todas las opciones en Venezuela” y ambos revelaron que discutieron nuevas medidas para presionar al régimen de Maduro.
Bolsonaro ha sido catalogado por los medios de comunicación como el “Trump tropical”, y ese apodo no parece molestarle para nada al mandatario brasileño. De hecho haciendo referencia a las similitudes con el presidente de EE. UU. ha dicho: “Compartimos el respeto a Dios, rechazamos la ideología de género, la corrección política y las noticias falsas”.
Aunque ni Trump ni Bolsonaro son perfectos, son personajes con mucho carácter y no vacilan en condenar el socialismo y señalarlo como causante de todas las desgracias del mundo actual. Con la reunión de estos dos líderes la derecha del continente coge aliento. Nos dejaron claro que es posible dirigir un país siendo abiertamente de derecha, condenando frontalmente el socialismo y, en el caso específico de Bolsonaro, con una agenda económica liberal y un Ministro de economía de la escuela de Chicago.
Ayer se ha pactado una poderosísima alianza de derecha que no solo influenciará a todo el continente, sino que tendrá implicaciones profundas en lo que pueda ocurrir en Venezuela. La izquierda latinoamericana tiene toda la razón en estar asustada, los tiempos en los que no había más que una débil derecha vergonzante ya terminaron, los enemigos frontales de la izquierda -y por lo tanto de la miseria y la esclavitud- cada vez son más, hablan más fuerte y llegan más lejos.