
Diferentes medios de comunicación de Turquía confirman que más de 27.000 funcionarios públicos han sido suspendidos como consecuencia del intento de golpe de Estado por parte de los militares y de la sociedad civil. Asimismo, más de tres millones de funcionarios fueron privados de sus vacaciones.
Alrededor de 8.000 agentes policiales han sido cesados por ser considerados sospechosos de tener vínculos con el intento de golpe en los pasados días. A su vez, aproximadamente 6.000 representantes del poder judicial y militar fueron detenidos sin importar grado alguno.
15.200 empleados del Ministerio de Educación han sido suspendidos por tener vínculos con el clérigo autoexiliado en los Estados Unidos, Fetullah Gülen, el mismo al que el presidente Recep Tayyip Erdogan acusa de ser uno de los líderes del alzamiento militar.
Varios exmilitares de alto rango fueron detenidos y acusados de traición por presuntamente planear el intento de golpe de Estado.
Por otro lado, el excomandante de la Fuerza Aérea de Turquía Akin Ozturk, quien fue detenido junto a otros 26 militares de alto rango, negó haber estado detrás de la organización de la sublevación militar. Aunque, según la agencia estatal de noticias Anadolu, Ozturk había confesado haber estado detrás del golpe.

A su vez, el gobierno pidió a los estadounidenses la extradición de Gülen, quien por su parte negó tajantemente las acusaciones.
Un periodista turco de la BBC, Rengin Arslan, indicó que el gobierno de Erdogan comenzó la lucha en contra de Gülen hace tres años en el Departamento de Policía. Es por ello que para ese momento, “a miles de policías que se consideraban afines al clérigo se les asignaron funciones en las que no podían perjudicar al gobierno”, explicó Arslan. Ahora, en lugar de ser reubicados, miles de agentes de policía fueron suspendidos.
Según este periodista, “Erdogan tiene poco espacio para asumir riesgos en un país que enfrenta las amenazas del autodenominado Estado Islámico, los militantes kurdos y los ataques suicidas”.

Por otro lado, en una entrevista para CNN, el presidente de Turquía insistió en que puede reconsiderar el restablecimiento de la pena de muerte en el país, ya que esa fue una propuesta que encontró de parte de la oposición y de los líderes de la Unión Europea.
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La jefa de Asuntos Exteriores de la Unión Europea, Federica Mogherini, dijo que ningún país puede convertirse en miembro si apoya y aplica la pena de muerte. Esta misma propuesta fue rechazada por la canciller alemana, Angela Merkel y otros líderes de la UE.
Una profesora de sociología y de asuntos internacionales de la Universidad de Princeton en Nueva Jersey, Kim Lane Scheppele, dijo en entrevista para la BBC Mundo que todo indica que Erdogan está tratando de liberarse de militares, empleados judiciales y policías que se oponga a él.
La profesora Scheppele cree que en estos momentos el presidente turco tiene “muchas cartas en su mano” y duda que la Unión Europea o Estados Unidos puedan hacer mucho para presionarlo, ya que el país norteamericano tiene una base militar en Incirlik, en el sur de Turquía, para poder luchar contra las fuerzas del Estado Islámico en Siria e Irak.
Fuente: BBC