EnglishEl próximo jueves 25 de agosto, a las 9 de la mañana, el Senado de Brasil abrirá el juicio que va a decidir el destino político de Rousseff y del ciclo de cuatro gobiernos consecutivos del partido izquierdista (PT).
El cronograma indica que la hoy presidente suspendida podrá escuchar su sentencia final el 31 de agosto. En caso de ser hallada culpable de haber violado la Constitución al haber aprobado a espaldas del Congreso las finanzas públicas y haberlas manipulado, perdería su cargo y quedaría inhabilitada para ejercer cargos públicos por ocho años por lo menos.
En caso de ser absuelta, recuperaría su mandato, al cual le restan dos años y cuatro meses.
Por otro lado, algunos sondeos que se han realizado en el Senado indican que la economista de 68 años ya no regresará al Palacio de Planalto, en su sede de gobierno en Brasilia. Señalan que sus detractores obtendrían entre 58 y 60 votos y superarán la mayoría especial de 54 (dos tercios) necesaria para derrocarla.
Independientemente del resultado final, el lunes 29 de agosto la propia Rousseff hará su alegato final ante los 81 senadores, en una media hora para la historia en la que intentará convencer de su inocencia a una bancada que desde el comienzo de su segundo mandato le ha sido lo suficientemente hostil.
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En un encuentro reciente con algunos corresponsales extranjeros, comentó: “Voy a argumentar no solo en favor de la democracia y del respeto al voto directo del pueblo brasileño, sino también a favor de la justicia”.
Esta audiencia la pondrá de frente con el presidente de la Corte Suprema, Ricardo Lewandowski, quien desde los comienzos de su gestión ha criticado fuertemente su mandato.
El senador Cassio Cunha Lima dijo que “será la última oportunidad que tiene para defenderse. De nuestra parte habrá una postura de respeto y dependerá también de la postura que traiga la presidenta. Si es agresiva y provocadora, habrá reacciones”.
Después de haber sido suspendida el pasado 12 de mayo, Rousseff fue reemplazada interinamente por su vicepresidente Michel Temer, cabeza del partido de centro-derecha PMDB.
Aislada, con la popularidad muy baja y la economía en su mayor recesión en casi un siglo, Rousseff perdió conexión con el Congreso mientras veía a su partido ser bombardeado por escandalosas denuncias ligadas a desvíos de fondos en Petrobras para poder financiar sus campañas y las de sus aliados.
En caso de que sea afirmativa su caída, Michel Temer completará el mandato hasta finales de 2018.
Fuente: El Nuevo Herald