
Esta semana Amnistía Internacional (AI) posó la mirada sobre Cuba. Dos fueron los temas que llamaron su atención, el primero fue la preocupación que suscita la censura del Internet en la isla y el segundo la suerte del grafitero Yulier Rodríguez Pérez, más conocido como Yulier P.
Para el primer caso, AI realizó un informe con datos del Observatorio Abierto de Interferencias en la Red (OONI, por sus siglas en inglés) entre mayo y junio de 2017, en el cual se investigaron 1458 sitios web desde ocho ubicaciones de La Habana, Santa Clara y Santiago de Cuba.
“La meta de OONI es aumentar la transparencia y suscitar debates públicos sobre la legalidad y la ética del control de la información, y no hacer valoraciones políticas sobre lo que ve.
Con el uso de aplicaciones de código abierto (disponibles públicamente), OONI ha recogido mediciones de la red de más de 200 países de todo el mundo. Su objetivo es reunir datos sobre el uso de la censura en Internet y evaluar cómo funciona —o no funciona— Internet en un país determinado”.
Según AI el control estatal sobre el Internet hace que peligren diferentes logros y esfuerzos de los cubanos aparte de la propia libertad de los residentes de la isla. Acá un resumen, por apartados, de lo que se evidencia en el informe de AI.
El modelo característico de Cuba de censura de Internet
Según AI los periodistas independientes en Cuba trabajan bajo un entorno jurídico poco claro y bajo la constante amenaza de ser retenidos arbitrariamente. Como si esto no fuera suficiente los periodistas cubanos se ven limitados en su trabajo debido a la escasa oferta de Internet que tienen.
Incluso medios privados como 14ymedio, Skype o diferentes redes sociales han sido víctimas de la censura por parte del régimen de Raúl Castro, esto según el informe de OONI.
“Entre mayo y mediados de junio de 2017, OONI sometió a examen 1.458 sitios web desde ocho ubicaciones de La Habana, Santa Clara y Santiago de Cuba. La lista agrupaba los sitios web en 30 categorías generales. De ellos, 1.109 eran sitios internacionales incluidos en su mayor parte en una lista estandarizada que la organización usa en todo el mundo para OONI-probe (su aplicación para analizar la censura), entre los que figuran destacados sitios convencionales de interés general, como Facebook y Twitter. Los 349 sitios restantes eran más específicos del contexto cubano”.
Según el informe todos los sitios que fueron bloqueados tenían la misma característica: criticaban al régimen cubano, trataban temas de derechos humanos o explicaban técnicas para evitar la censura. Incluso los mensajes de texto con la palabra democracia o huelga de hambre, también fueron censurados.
“El bloqueo de sitios de Internet con el exclusivo fin de limitar las críticas políticas y restringir el acceso a la información es —naturalmente— contrario al derecho internacional de los derechos humanos y una violación del derecho a la libertad de expresión”.
Según lo detallado por el informe el régimen tiene “métodos” para engañar a la gente y que no se den cuenta que están siendo víctimas de censura, por ejemplo, en el caso de Skype, los cubanos creen que la plataforma presenta fallas, porque no aparece la lista de contactos o los mensajes no pueden ser enviados; sin embargo para la OONI esto es producto del régimen.
“El bloqueo de la página web se hace de forma “encubierta”. Cuando una persona intenta acceder a un sitio bloqueado, es redirigida a una página de bloqueo sin ninguna explicación del motivo por el que no se puede acceder al contenido. Esto hace que al usuario le resulte difícil saber si está experimentando la censura en Internet o se trata de algún tipo de fallo o error transitorio de la red al cargar la página”.
El sistema dual de Internet
Cuba tiene un sistema dual de Internet, es decir, una red global (que casi ningún cubano puede tener) y tiene Intranet, la cual es más barata y mucho más fácil de controlar el contenido. Por ejemplo este contenido tiene la prioridad de la “informatización de la sociedad” lo que significa “garantizar la invulnerabilidad de la Revolución, la defensa de la cultura y del socialismo sostenible que construye nuestro pueblo”.
Según el informe las autoridades cubanas consideran que Internet es un “caballo de Troya” por medio del cual serán infiltrados por los estadounidenses, pese a esta teoría conspirativa el régimen culpa de las fallas en conectividad al embargo de Estados Unidos. Sin embargo desde las relaciones promovidas por el expresidente estadounidense, Barack Obama, estas excusas era más difíciles de creer, pero han retomado fuerza tras la elección de Donald Trump.
El régimen cubano había informado que:
“Para 2020 se conectaría al 50 % de los hogares. También afirmó que, para 2018, estaría conectado el 100 % de las entidades del Partido Comunista, los órganos del Estado, las instituciones bancarias y algunas empresas. Para 2002 se alcanzaría el 95 % de la conectividad de banda ancha en los centros educacionales y de la salud, y en las instituciones científicas y culturales”.
Sin embargo lo que, según la OONI, no dice el régimen de Castro es que este acceso será para la Intranet y no al Internet global haciendo que quienes busquen información en la red tendrán información seleccionada y distorsionada como ocurre cuando se consulta EcuRed (la Wikipedia cubana).
Esquivando al “gran hermano”
Según el informe casi toda la población cubana está consciente que no pueden acceder a la totalidad de beneficios que se encuentran en la red, así como también creen que están siendo sometidos a controles, vigilancia e interceptaciones en sus comunicaciones. Según el informe la respuesta de los cubanos es que “Eso es normal, todo el mundo lo sabe” lo que conlleva a que los cubanos se autocensuren.
La OONI le declaró a AI que:
“Cuando censuras Internet, lo que estás haciendo en la práctica es aplicar vigilancia. Para aplicar la censura, primero tienes que vigilar. Tienes que saber a qué accede la gente para después bloquearlo. Dado que vemos que hay censura en Internet (en Cuba), debe de haber también vigilancia”
El informe concluye indicando que:
“Ante la expectativa de que el presidente Raúl Castro se retire en 2018, quien ocupe la presidencia del país tendrá la oportunidad de configurar la función que desempeñe Internet en el futuro de Cuba”.
Yulier P podría ser encarcelado, otra vez
No conforme con el informe sobre la crítica situación cubana respecto a la censura y la imposibilidad de acceder a diferentes contenidos de Internet, esta semana AI emitió una acción urgente por el grafitero Yulier Rodríguez Pérez, quien fue detenido el pasado 17 de agosto mientras pintaba un muro en un edificio derruido en La Habana.
Según el documento:
“ [Yulier] corre peligro de ser encarcelado de nuevo, tras meses de intimidación y acoso por parte de las autoridades”.
El artista callejero había sido puesto en libertad tras la condición de eliminar los grafitis que él había hecho en el plazo de una semana, no obstante el grafitero se ha rehusado a borrarlos y en contraposición al pedido del régimen ha denunciado su situación ante organismos internacionales.
El cargo del que es acusado Pérez es “maltrato a la propiedad social”. Lo interesante de esta propiedad social sobre la que el artista ha plasmado sus diseños es que son muros “que están en ruinas”, según palabras de Pérez. El artista argumenta que lo que el pretende con su arte es “redecorar estos espacios a través de la cultura”.
Según detalla AI el artista fue interrogado por el régimen castrista “sobre sus entrevistas con la prensa internacional” y está bajo amenaza de enfrentar un proceso penal por “peligrosidad”.
El caso de Pérez, no ha sido el único en contra de la libertad de expresión de los artistas. Hace meses Danilo Maldonado, más conocido como “El Sexto”, estuvo en prisión alrededor de diez meses, en 2015, por realizar un obra con dos cerdos sobre los que había pintado los nombres de “Raúl” y “Fidel”. Maldonado también fue llevado a prisión, en 2016, por escribir en una pared “se fue” tras la muerte de Fidel Castro.
Fuente: Cubanet I, Cubanet II