Para distintos analistas y medios de comunicación latinoamericana, la llamada Revolución Bolivariana es exclusivamente un proyecto marxista. De hecho, el líder de la derecha comunitarista colombiana, Álvaro Uribe, considera que existe una ideología política llamada “castro-chavismo”. Sin embargo, el chavismo tiene componentes ideológicos diferentes al castrismo.
La Revolución Bolivariana nació y creció como un proyecto nacionalista, aunque con el tiempo adoptaría elementos marxistas. La Revolución Bolivariana despertaría simpatía entre grupos nacionalistas de todo el mundo.
Para Chávez los principales inspiradores de su revolución fueron Simón Bolívar, Simón Rodríguez y Ezequiel Zamora, héroes nacionales venezolanos. El caudillo venezolano no ocultaría tampoco su simpatía por nacionalistas como el argentino Domingo Perón y el dictador peruano Velasco Alvarado.
Chávez tampoco ocultó su simpatía por los regímenes nacionalistas panarabistas. Visitaría en varias ocasiones Siria y recordaría con nostalgia el legado del egipcio Gamal Abdel Nasser. En el PanAm Post le contamos sobre el componente nacionalista del régimen chavista.
“El Libro Azul” y el “árbol de las tres raíces”
El libro fundamental de la ideología creada por Hugo Chávez es “El Libro Azul”. En él, el caudillo venezolano argumenta que los escritores fundamentales de su Revolución son Simón Bolívar, Simón Rodríguez y Ezequiel Zamora. Los tres, héroes nacionales venezolanos. En el argot chavista, la unión de la ideas de los mencionados líderes conformaría “el árbol de las tres raíces”.
Según Chávez, su Revolución tomaría de Bolívar la idea de independencia política. De Simón Rodríguez, sus ideas de considerar a América Latina como una cultura diferente a la europea y la norteamericana. Finalmente, para el comandante bolivariano, tomaría de Zamora su ideal de lucha contra “las oligarquías”.
La interpretación de Chávez del “árbol de las tres raíces” tiene un fuerte componente nacionalista y una visión hermética del concepto de independencia. La separación de España, entonces, implicaría mucho más que conseguir la autodeterminación: también la ruptura cultural con Europa. Pero también con respecto a Occidente y con la tradición de la democracia liberal.
Norberto Ceresole: antisemitismo y nacionalismo
Como candidato presidencial Hugo Chávez intentó presentarse como un moderado, alejado del marxismo y del nacionalismo radical. Prueba de ello es la famosa entrevista del caudillo bolivariano en 1998 con el periodista peruano Jaime Baily. Sin embargo, el gobierno revolucionario de Chávez nunca ocultó su simpatía por líderes nacionalistas latinoamericanos como el dictador peruano Velasco Alvarado.
Además de expresar su afinidad ideológica por el líder nacionalista peruano, Chávez también nombró asesores políticos cercanos a la extrema derecha internacional. Prueba de ello fue la selección del nacionalista argentino Norberto Ceresole como asesor político de Chávez.
El asesor argentino era conocido por su postura negacionista con respecto al Holocausto. Según Ceresole,“la deportación y de la muerte de los judíos bajo el sistema nazi ha sido arreglada en forma de mito”. El nacionalista argentino planteaba la necesidad de construir un partido cívico-militar capaz de “pulverizar a los partidos políticos”.
Debido a su radicalismo político, especialmente a su antisemitismo, Ceresole se ganó la antipatía de los asesores de Hugo Chávez. El polémico nacionalista argentino se enfrentó al marxista José Vicente Rangel, razón por la cual, Ceresole abandonó Venezuela. No obstante, Ceresole continuó en contacto con el régimen chavista al servir de puente entre este y la teocracia iraní.
Verstrynge: el exfranquista que asesoró a Chávez
Norberto Ceresole no fue el único nacionalista europeo que asesoró al gobierno chavista. Jorge Vestrynge, expolítico y profesor francoespañol también trabajó para el gobierno de Chávez.
Verstrynge, nacido en Tánger, entonces territorio español, se declaró durante su juventud como fascista. El líder político español colaboró con la dictadura franquista, y fue cercano al ministro Manuel Fraga. Cuando cayó el régimen español, Verstrynge dio un giro ideológico y militó en la Alianza Popular (AP), nombre inicial del actual Partido Popular español. Pero en la década de los ochenta, se afilió al Partido Socialista Obrero Español (PSOE).
Luego de pasar por la AP y el PSOE, Verstrynge ha apoyado al Partido Comunista Español, y recientemente a Podemos. A pesar de su cercanía con la izquierda, el politólogo español no oculta su cercanía con grupos nacionalistas de derecha. Para Verstrynge, los refugiados y los inmigrantes reducen el PIB per cápita de los países que los acogen. El líder populista español asegura que el Frente Nacional francés no es un partido de extrema derecha sino “soberanista”.
En 2005, Verstrynge asesoró al Ejército venezolano. El fin del politólogo español era asesorar a las Fuerzas Armadas bolivarianas en la guerra asimétrica para resistir una “posible” invasión norteamericana o colombiana de Venezuela.
Chávez y el panarabismo
El mundo árabe ha sufrido numerosos regímenes nacionalistas y socialistas. Nasser, Al-Assad, Hussein y Gadaffi promovieron el nacionalismo, la autarquía y la confrontación diplomática, y en algunos casos militar, con respecto a Occidente.
Hugo Chávez fue quien estableció fuertes relaciones con regímenes nacionalistas y socialistas árabes como el iraquí de Hussein, el sirio de Al-Assad y el libio de Gadaffi.
Tras la Primera Guerra del Golfo (1990-1991), el gobernante iraquí Saddam Hussein quedó diplomáticamente aislado. Hasta el año 2000, ningún jefe de Estado democráticamente electo había realizado una visita de Estado a Iraq. En agosto del mencionado año, Hugo Chávez Frías visita Bagdad.
Chávez visitó Siria como presidente al menos tres veces: una en 2003, otra en 2009 y finalmente otra en 2010. Por su parte, el dictador sirio Al-Assad ha visitado Caracas al menos una vez.
Una vez iniciada la Guerra Civil de Siria, el líder venezolano aseguró en varias ocasiones que Asad era víctima del imperialismo. Chávez exculpó al dictador sirio del desarrollo de la Guerra Civil.
El líder bolivariano cosechó relaciones positivas con la Libia de Gadaffi: Chávez visitó al menos seis veces Libia mientras Gadaffi ejercía el poder como dictador en el país africano. En 2011, Chávez llamaría al tirano libio “mártir” .
¿Es el chavismo antisemita?
Varias organizaciones judías han acusado al chavismo de tener elementos antisemitas. Sin embargo, no es posible afirmar que todos los chavistas son antisemitas, prueba de ello es la ya citada actitud de José Vicente Rangel contra Ceresole.
Lo que sí es claro es que el régimen bolivariano ha tenido relaciones, al menos especiales, con gobiernos e individuos antisemitas y de extrema derecha. La cercanía de Chávez con los regímenes panarabistas, con la teocracia iraní y con personas como Norberto Ceresole, no se pueden ocultar.
Aunque resultaría ingenuo equiparar al chavismo con la extrema derecha nacionalista, existen lazos comunes entre ambos grupos ideológicos. El militarismo, el nacionalismo, el rechazo al liberalismo, la hostilidad hacia la democracia representativa, la defensa del proteccionismo y las relaciones con los ya citados individuos y organizaciones son pruebas de esta vinculación.