Durante las décadas de los años setenta y ochenta, Perú era sinónimo de atraso económico, terrorismo y populismo. En la década de los noventa, parte de los problemas económicos y de seguridad del país se resolvieron, sin embargo, la corrupción, el autoritarismo y la violación de Derechos Humanos destruían al país. No obstante, hoy en día se presenta a Perú como un país estable y en crecimiento ena una región golpeada por el populismo. En el Panam Post le contamos sobre la historia del Perú y cómo podrían otros países latinoamericanos aprender de este país suramericano.
Velasco Alvarado: militarismo y nacionalismo
Hacia finales la década de los setenta, países como Colombia y Costa Rica tenían un PIB per cápita menor que Perú. En octubre de 1968, un grupo de militares peruanos comandados por Juan Velasco Alvarado, Jefe del Comando Conjunto de las Fuerzas Armas de Perú, tomaron el poder derrocando al gobierno constitucional de Fernando Belaúnde.
Los líderes militares impusieron un gobierno nacionalista que ejercía un férreo control sobre la economía peruana. La dictadura de Velasco Alvarado creó varias empresas estatales, a la vez que expropió varias empresas privadas. El líder nacionalista peruano aumentó el gasto público a niveles no conocidos en el país. La dictadura de Velasco también eclipsó las libertades civiles en Perú. El líder nacionalista cerró varios medios de comunicación y ejerció censura contra sus rivales políticos.
Como resultado de los siete años de dictadura de Velasco, el déficit fiscal se disparó. El despilfarro en el gasto estatal produjo que las empresas estatales produjeran enormes pérdidas. La inflación se multiplicó por cuatro durante la dictadura nacionalista. Todo esto se tradujo en un aumento del desempleo y la desaceleración económica. En 1975, un colega suyo, el comandante Morales Bermúdez dio un golpe a Velasco Alvarado. Morales se convirtió en el nuevo dictador del país. Sin embargo, el legado de Velasco Alvarado seguiría vivo en el continente. Años más tarde el expresidente venezolano Hugo Chávez no ocultaría su admiración por el dictador peruano.
Primer gobierno de Alan García, nacionalizaciones y terrorismo
El nuevo dictador, Morales Bermúdez intentó detener algunas de las reformas económicas de Velasco Alvarado. Sin embargo, la represión continuó, y el diversos líderes políticos por la democracia lucharon contra la dictadura. En 1980, la dictadura terminaría y sería reelegido Fernando Belaúnde.
El presidente peruano debió enfrentar la crisis económica causada por la dictadura, pero además, el surgimiento del terrorismo de los extremistas de izquierda. En 1980, la guerrilla Sendero Luminoso comienza su accionar en el Perú. Belaúnde también tuvo que enfrentar la creación del Movimiento Revolucionario Tupac Amarú (MRTA). Ambos grupos guerrilleros utilizaron ataques terroristas como forma de combate. En 1983, el gobierno peruano dejó de pagar la deuda externa.
En 1985, el izquierdista Alan García fue elegido como presidente de Perú. Durante su gobierno, las organizaciones guerrilleras Sendero Luminoso y MRTA continuaron creciendo y cometiendo actos terroristas. En el plano económico, García emprendió un programa económico altamente estatista. En 1987, el gobierno izquierdista intentó estatizar los bancos, las financieras y las compañías de seguros. Como resultado del manejo económico del primer gobierno de Alan García, la inflación acumulada en el Perú alcanzó el 2.000.000 % en 1989.
Fujimori: corrupción y violación de Derechos Humanos
En las elecciones de 1990, los peruanos demostraron su descontento frente al gobierno de Alan García. Los dos bloques políticos que recibieron un mayor número de votos fueron el liberal FREDEMO y el derechista autoritario Cambio 90. El candidato del FREDEMO era el escritor liberal Mario Vargas Llosa, el candidato de Cambio 90 era el ingeniero Alberto Fujimori. El candidato derechista terminó venciendo al escritor liberal.
El nuevo gobierno implementó un ambicioso plan económico para Perú: el “fujishock“. Fujimori y sus ministros combatieron la inflación, controló el déficit fiscal, trató controlar el gasto público y abrió la economía del país. En materia de seguridad, el gobierno de Fujimori combatió con firmeza a los grupos guerrilleros.
Sin embargo, el gobierno de Fujimori dejó un legado de corrupción, destrucción de libertades individuales y autoritarismo en el país. Se acusa a Fujimori y su asesor Vladimiro Montesinos de desviar 1.420 millones de soles peruanos (unos USD$ 431,838,276) del Estado peruano. Durante la dictadura de Fujimori, se ejerció la censura y se persiguió a miembros de la oposición. El gobierno de Fujimori estudió la posibilidad de retirar la nacionalidad peruana del liberal Mario Vargas Llosa. Las leyes antiterroristas permitieron a algunas autoridades peruanas perseguir civiles inocentes e incluso cometer masacres.
El regreso de la democracia y la apertura comercial
En el 2000 varios escándalos de corrupción y autoritarismo sacuden al Perú. Alberto Fujimori renuncia a la presidencia y huye a Japón. En 2001 la economía peruana crecía. No obstante, la pobreza seguía creciendo en el país. Sin embargo, con el regreso de la democracia y las políticas de apertura del gobierno de Alejandro Toledo, la pobreza empieza a reducirse en el país. A comienzos de la década del 2000, Perú tenía una tasa de pobreza de 55 %; hoy en día es de 22 %. Perú es el país latinoamericano que más redujo la pobreza en los últimos trece años. Durante los últimos cinco años, el país suramericano fue uno de los cuatro países que más redujo estos índices.
Perú tiene tratados de libre comercio con Estados Unidos, la Unión Europea, China, Singapur entre otros. Los gobiernos que siguieron al de Toledo, varios de centro-izquierda como el de Alan García y Ollanta Humala, continuaron las políticas de responsabilidad fiscal y apertura comercial.
En 2016, los electores peruanos tuvieron que escoger entre Pedro Pablo Kuczynski (PPK), exministro de Alejandro Toledo, y Keiko Fujimori, hija del dictador Alberto Fujimori. Con la victoria de PPK, la continuidad del modelo parece garantizada.
Conclusión
Perú dista de ser un país rico. Aún un considerable número de peruanos vive en la pobreza, y la corrupción todavía es evidente en el país suramericano. Sin embargo, la transformación política y económica de Perú es evidente. El estatismo de Velasco Alvarado y del primer gobierno de Alan García han quedado atrás. La corrupción y el autoritarismo de Fujimori parecen ser cosa del pasado.
En la actualidad, varios países suramericanos experimentan una profunda crisis económica. El PIB de Venezuela se contrajo un 8 % en 2016 y Brasil en 3,5 %. En ambos países, la inflación hace estragos en los salarios de los ciudadanos y la corrupción sigue existiendo de forma masiva. Algunos brasileros y venezolanos se sumen en el pesimismo, y olvidan que otros países de la región han superado situaciones diferentes.
Brasil y Venezuela podrían imitar el ejemplo peruano desde 2001, tras la caída del dictador Alberto Fujimori. Ambos países podrían elegir gobiernos que estimulen las libertades económicas y civiles.