Este último primero de mayo, Nicolás Maduro convocó a los venezolanos la redacción de una nueva constitución. Aunque quedan en el aire muchas preguntas acerca de la propuesta de Maduro, el dictador venezolano anunció algunos elementos sobre la convocatoria a Asamblea Nacional Constituyente.
Según declaraciones de Maduro, la Asamblea Constituyente estaría compuesta por 500 miembros, de esos 500 miembros, al menos 250 serían designados mediante representación sectorial. Eso implica que diferentes corporaciones elegirán a sus representantes (sindicatos, organizaciones indígenas, movimientos obreros etc). Esta propuesta guarda similitudes con experiencias históricas de regímenes fascistas, corporativistas y comunistas.
En el PanAm Post le contamos sobre las semejanzas entre la constituyente de Maduro y los proyectos corporativistas fascistas y comunistas.
Asamblea Nacional del Poder Popular de Cuba
La influencia más evidente de la propuesta constitucional chavista proviene de la dictadura de Cuba. El régimen marxista cubano creó en 1976 la constitución vigente en la isla. De acuerdo a esta constitución, Cuba ” es un Estado socialista de obreros y campesinos y demás trabajadores manuales e intelectuales”. Esta afirmación es muy parecida a la de Maduro en su propuesta de crear una nueva constitución “obrera, comunal, campesina” para Venezuela.
Según la constitución cubana, el poder legislativo recae en la Asamblea Nacional del Poder Popular. De acuerdo a las leyes creadas por la dictadura cubana, los partidos políticos no participan activamente en el proceso electoral. Vale la pena recordar que el dictador Maduro busca excluir a los partidos políticos de la constituyente.
El proceso de selección de los candidatos a la Asamblea Nacional del Poder Popular de Cuba es de carácter sectorial. Los encargados de seleccionar quiénes pueden aspirar a hacer parte del legislativo son las corporaciones cercanas a la dictadura. La única central sindical legal del país, la Central de Trabajadores de Cuba, la Federación de Mujeres Cubanas, la Unión de Jóvenes Comunistas, entre otros son los “factores” barriales que nominan a los candidatos. Parece claro, entonces, que la propuesta de Asamblea Constituyente está inspirada en la dictadura cubana.
Mussolini: la doctrina del fascismo y el Estado corporativista
Benito Mussolini, padre del fascismo creó una ideología que se oponía de manera férrea a la democracia liberal. Según los fascistas, la democracia liberal implicaba una fragmentación del Estado. Por esta razón, los fascistas prohibieron los partidos políticos. Según Mussolini, el Estado debería incluir a diferentes corporaciones (sectores) de trabajadores, empresarios entre otros grupos. Estos sectores debían ser incluidos en el Estado para “potenciarlos” y “tutelarlos”. Sin embargo, la intención real de los fascistas al “integrar” distintas corporaciones en el gobierno era la de vigilarlas para garantizar la continuidad del régimen.
A pesar de las obvias diferencias discursivas, Maduro y sus aliados proponen un proyecto político similar al del corporativismo fascista. El dictador venezolano, en su afán de salvar el régimen chavista, ha decidido dar un paso en su propósito de abolir lo que queda de la democracia liberal en Venezuela. Así, Maduro convoca a una Asamblea Constituyente no partidista: “Convoco una Constituyente ciudadana, no una Constituyente de partidos ni élites”. Maduro, al igual que los fascistas italianos se opone al liberalismo y a la diversidad de partidos políticos. De cumplirse lo que propone el dictador venezolano, los partidos no estarán presentes en la nueva constituyente. Sí estarán presentes diferentes corporaciones inscritas ante el gobierno, corporaciones que defenderán el proyecto chavista.
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Las cortes franquistas
No sólo Mussolini defendía la integración de corporaciones cercanas al régimen como forma de controlar a la población civil, sino de legitimar su dictadura. Francisco Franco, dictador español también lo hizo. Tras la victoria de Francisco Franco y sus aliados en la Guerra Civil Española en 1939, se estableció en España una dictadura militar. Esta dictadura, enemiga de la democracia liberal, apoyó la implementación de un régimen corporativista en el país ibérico.
El régimen franquista convocó a un grupo de legisladores a su servicio, las cortes franquistas. Dado el carácter autoritario del régimen español, Franco y sus aliados seleccionaron ciertas corporaciones cercanas al franquismo para constituir las cortes. Evidentemente, las cortes no podían confrontar al régimen ni sustituirlo, simplemente legitimaban la dictadura.
Nicolás Maduro parece coincidir con los franquistas: plantea una constituyente cuyo propósito es el de “blindar la revolución”. De esta forma, los constituyentes (“constituyentistas” en el argot chavista) elegidos mediante corporaciones legitimarán al régimen, pero no controvertirán los designios del chavismo. La constituyente chavista no sólo se parece en sus objetivos a las cortes franquistas, también, guarda relación con su forma de elegir a los “constituyentistas”.
El franquismo seleccionó a representantes sindicales, miembros de los Colegios Oficiales de Abogados y Médicos para componer las cortes. Es esta, precisamente, la idea de Maduro: que los ciudadanos seleccionen dentro de las corporaciones chavistas a los “constituyentistas”. De nuevo, la idea de asamblea constituyente de Maduro coincide con un régimen dictatorial.
Conclusión
La cercanía entre el chavismo y el castrismo cubano es evidente. Sin embargo, no muchos ciudadanos son conscientes de la cercanía ideológica del chavismo con el fascismo.
El chavismo es nacionalista, militarista y corporativista, al igual que el fascismo. Debido a esta conexión, líderes cercanos al fascismo y al falangismo como Norberto Ceresole, Eduardo López Pascual, Enrique Antigüedad y Jorge Verstrynge apoyaron el proyecto bolivariano.
Chávez ascendió al poder con un discurso reformista. Pero poco a poco su disfraz fue diluyéndose. El chavismo busca la abolición de los partidos políticos y de las elecciones libres. La dictadura de Maduro quiere implementar un régimen corporativista para Venezuela. Esta clase de regímenes son implementados por totalitaristas de izquierda y derecha en el mundo. Desde el fascismo italiano y el franquismo español hasta el marxismo cubano han abolido la democracia liberal y han implementado regímenes corporativistas. Dependerá de los ciudadanos venezolanos el detener esta propuesta corporativista.