
El secretario de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) (coalición opositora), Jesús Torrealba, anunció que no restituirán el diálogo con el Gobierno venezolano como estaba pautada para el próximo 13 de enero.
“Al no estar satisfechas las demandas que la Santa Sede consideraba indispensables para antes del 6 de diciembre, consideramos que no existen condiciones para restituir el próximo 13 de Enero un diálogo directo entre las partes”, informó la oposición en una carta dirigida al monseñor Pietro Parolin, secretario de Estado de El Vaticano.
El Vaticano ha sido el facilitador para el proceso del diálogo entre el gobierno de Nicolás Maduro y la oposición venezolana, y fue el que acordó la próxima fecha de reunión entre ambos sectores.
Sin embargo, la alianza opositora expresó que su organización no asistirá a las conversaciones, debido a que el Gobierno nacional no ha atendido las demandas acordadas en las mesas.
En el comunicado los líderes opositores manifiestan que contrario a un avance en materia electoral (el cual era uno de los principales requerimientos de la MUD) ha habido un retroceso, “al ratificar el régimen a través de un ardid judicial la composición de un Consejo Electoral sesgado políticamente e ilegalmente constituido”.
Asimismo, la oposición expone que también “se han producido retrocesos en el respeto a la soberanía popular expresada en la Asamblea Nacional (Parlamento venezolano), cuya instalación el próximo 5 de Enero esta rodeada de amenazas de desconocimiento y agresión por parte de voceros oficialistas”.
“En áreas igualmente importantes como la libertad de los presos políticos y la atención a las víctimas de la crisis humanitaria, se han producido gestos tímidos, insuficientes, que no representan ni una real reparación a los daños inferidos ni un auxilio a las víctimas de las dimensiones y seriedad que la crisis reclama”, resaltó la MUD.
El comunicado dirigido a la Santa Sede expresó la importancia de que se verifique “el no cumplimiento de los acuerdos reuniéndose con los familiares de los presos políticos, con las víctimas de la crisis humanitaria, con los representantes de la Soberanía Popular expresada en la Asamblea Nacional, con los trabajadores que quedaron sin empleo tras los saqueos inducidos por la irresponsabilidad oficial, con los empresarios empujados a la quiebra por un gobierno que los obligó a vender por debajo de sus costos de producción, y con todos los demás actores de esta compleja hora venezolana, que no tienen posibilidad de interlocución alguna con un gobierno que no sabe dialogar respetuosamente ni siquiera con algunos de los facilitadores internacionales que él mismo invita”.
Fuentes: La Patilla; El Nacional; El Tiempo.