Culmina el mes de agosto con una reflexión entre los activistas de izquierda en EE. UU. Luego de las recientes protestas en Berkeley, California, queda evaluar si los grupos extremistas que apelan a la violencia seguirán siendo parte de las marchas y contramarchas.
Así lo plantea un artículo de LA Times. Mientras marchaban agrupaciones vinculadas a la izquierda desde la iglesia cantando en unión, con pancartas y consignas pacíficas, paralelamente otros grupos entrenaban con armas en los alrededores. Se trata de El Bloque Negro y Antifa, grupos autoproclamados “antifascistas”.
De acuerdo a Jeff Conant, miembro de un colectivo de manifestantes antiracistas de la bahía del este, conocido como Show Up For Racial Justice (Hazte presente para la justicia racial), los organizadores de la marcha pidieron a sus aliados del movimiento Antifa que “jugaran un papel defensivo”. Es decir, en vista que la policía no interviene directamente, este grupo debía funcionar como escudo en caso de una agresión. No debían iniciar la violencia, pero sucedió lo contrario.
Los que estaban con capuchas negras se adentraron en los manifestantes, mientras que el camión principal de la marcha llevaba montones de escudos de disturbios pintados en pastel que los manifestantes antifascistas levantaron después contra la policía.
Desde la organización, se indicó a los manifestantes que no registraran el día en sus teléfonos celulares, y que escriban un número de teléfono de ayuda legal en sus brazos en caso de arresto.
Anticipando la llegada de los manifestantes de izquierda, la policía local despejó el parque; retirando a los activistas catalogados como extrema derecha. Junto a la marcha iba un camión cargado de escudos antidisturbios pintados de colores pasteles que fueron utilizados como pancartas. Una vez ahí, el bloque negro se alineó frente a la policía colocando los escudos frente a la barricada policial.
En los alrededores, integrantes de estos grupos encapuchados amedrentaron y atacaron físicamente a varios activistas de derecha. De acuerdo a la policía de Berkeley, al menos cuatro personas fueron golpeadas con los escudos.
No tardaron en llegar las críticas ante la evidencia. Incluso la líder del partido demócrata, Nancy Pelosi, emitió una declaración oficial titulado Declaración de Pelosi condenando violencia de Antifa en Berkeley.
Es decir, ya se está visibilizando que la violencia surge de los grupos extremistas de ambos lados. Luego de lo sucedido en las protestas en Charlottesville donde hubo varios heridos y una fallecida, el Presidente Trump dijo que había personas buenas y personas malas en ambos bandos. Fue duramente criticado por equiparar a derecha e izquierda. Pero mientras más se visibiliza la violencia de la extrema izquierda, parece ser que el presidente estadounidense no estaba errado en sus presunciones.
Frente a esto, el sociólogo Todd Gitlin, fundador de Estudiantes por una Sociedad Democrática y organizador de las primeras protestas nacionales contra la guerra de Vietnam, “Esto es alimento para el adversario”. Resaltó cómo los actos violentos siempre predominan cuando se narran las protestas.
También destacó que Antifa busca intimidar no solo a la derecha para que retroceda sino a la misma izquierda para que avance hacia un estilo más confrontativo. De hecho, el cartel más grande que se pudo ver en la marcha decía: “venganza por Charlottesville”. Desde los veteranos de las protestas surge la crítica sobre la censura que predomina en esta generación de activistas de izquierda.
Entre ellos, Jo Freeman, científica política, que hace medio siglo fue parte del movimiento estudiantil radical que forzó a UC Berkeley a permitir el discurso político en sus instalaciones, dijo que le consternada el esfuerzo por parte de los activistas para silenciar a sus opositores. Señaló similitudes las amenazas que sufrió cuando manifestaba en la década de los 60 y la intimidación actual hacia la derecha hoy en día. Continuó, “No es raro que las sociedades produzcan un escuadrón de odio”. “La gente que quiere suprimir el derecho a hablar está en todas partes.”
Según el portavoz de esta sede de UC Berkeley, Dan Moglouf, “grupos como este están dispuestos a usar tácticas violentas para interrumpir los eventos y atacar a aquellos con quienes discrepan”. Dijo que cualquier persona con los abiertos pudo verlo cuando en febrero integrantes del bloque negro impidieron una conferencia del provocador de derecha Milo Yiannopoulos y cómo este grupo agredió a los concurrentes.
Desde la policía, el jefe de la unidad en Berkeley, Greenwood, agentes de la zona vieron a miembros de antifa y el bloque negro entrenando con armas a apenas cuatro cuadras del parque Martin Luther King Jr., donde fue la mayor concentración.
Para Conant, que justificó la presencia de Antifa, esos ejercicios eran defensivos. Se estaban preparando para enfrentar la violencia que se ha vivido en protestas similares a lo largo del año.
Pues en las diversas corrientes del movimiento de izquierda existe una amplitud de criterios sobre cómo manifestarse en las calles para difundir su discurso, desde la vía pacífica hasta la confrontación. Los veteranos que llevan décadas organizando protestas sociales, invitan a la reflexión sobre cómo la generación actual se está convirtiendo en lo que dicen repudiar.
El artículo del LA Times usa el término en inglés “soul-search” para que la izquierda pueda unificar no solo su discurso, sino su metodología. El concepto apela a buscar el alma, el espíritu de su lucha y así, sabiendo qué les motiva, sabrán cómo difundirlo.