En una reunión de trabajo con todos los ministros, el presidente argentino, Mauricio Macri, le solicitó a sus funcionarios no ceder ante las presiones de diferentes sectores. Luego de la marcha del sábado donde miles de ciudadanos salieron a respaldar al gobierno, Macri le dijo a su gabinete: “O los mafiosos van presos, o nos voltean”.
Según el diario Clarín el presidente se mostró firme y advirtió: “El mandato de la gente es que hagamos las cosas que son incómodas. Lo que nos están diciendo es que no aflojemos”.
La jornada de trabajo comenzó con un análisis de la manifestación del primero de abril. En relación al gran número de personas que asistieron Macri destacó: “Le erraron […] otra vez”, refiriéndose no solamente a los sectores de la oposición que desacreditaban la convocatoria, sino también a los dirigentes oficialistas que temían que una escasa convocatoria perjudique la imagen del gobierno.
El denominado “1A” parece haber inclinado la balanza con la que el presidente argentino lidia desde su asunción: La que tiene como plan de acción el gradualismo por un lado y la acción concreta y reformista del otro.
Cada visión tiene sus partidarios dentro del gobierno y Macri se ha movido incómodo entre las dos estrategias ante la realidad de una minoría parlamentaria, pero con las presiones de la opinión pública que lo llevó a la Casa de Gobierno para que genere un cambio profundo en Argentina.
El pensador liberal argentino Alberto Benegas Lynch (h), desde su columna del Cronista, se refirió a la oportunidad que brinda el apoyo popular al presidente Macri, al que acusó de haber desarrollado hasta ahora un “populismo con buenos modales”.
“En todo caso nos parece que esta marcha del primero de abril abre una nueva oportunidad al gobierno para salir del marasmo de populismo con buenos modales y revertir la situación. Milton Friedman ha escrito que para lograr cambios en la buena dirección es imprescindible llevarlos a cabo en el período de la luna de miel y no demorarse y desgastarse para que la oposición junte fuerzas”.
Para Benegas Lynch (h) el gobierno debe apresurarse en la reducción del “voluminoso gasto público” y de esta manera conseguir una baja en la presión impositiva, el endeudamiento y la inflación.