
A finales de 2017 el Gobierno argentino, mediante una cuestionada conferencia de prensa que reunió al presidente del Banco Central con los ministros de Economía y Finanzas y al jefe de Gabinete, reconoció que la meta de inflación anual pautada del 10 % no sería posible y establecieron una nueva del 15 %.
En la jornada de hoy el INDEC (Instituto Nacional de Estadísticas y Censos) comunicó que la inflación mensual de febrero fue del 2,4 %, lo que comienza a hacer presión sobre el nuevo objetivo anual del 15. Los principales factores detrás del incremento mensual fueron los aumentos de tarifas de transporte y combustibles.

PanAm Post conversó en exclusiva con el economista argentino Adrián Ravier sobre uno de los temas que más preocupan al Gobierno.
El gobierno movió la meta de inflación hasta los 15 puntos anuales, pero los datos de hoy parecen mostrar que ni siquiera podrá cumplir la nueva “meta laxa” que se propusieron. ¿Cuál es tu opinión?
Yo creo que desde el momento en que se planteó la nueva meta ya se sabía que se iba a incumplir. En ningún momento el Gobierno tuvo intención de cumplir la meta inflacionaria. Hay un juego de poner una meta por debajo de la inflación esperada con la idea de reducir el gasto público en términos reales.
Es decir, que si logra que el 15 % de meta se use como referencia en las paritarias y después la inflación real termina en 20 %, entonces el gasto público baja y estaríamos ante un nuevo ajuste, como ocurrió en toda la historia argentina.
Un ajuste en términos reales y no nominales, que la verdad es que es muy difícil. La inflación mensual en 2,4 % es preocupante, no sólo por la meta, que ya es imposible, sino para terminar el año por debajo del número de 2017. Los dos primeros meses acumulados ya son preocupantes. Yo considero que vamos a estar alrededor de un 20 % anual, con un primer semestre más alto que el segundo.
¿Fue un error la conferencia del presidente del Banco Central con el ala política del Gobierno de Macri?
Siempre es un error que el presidente del Banco Central trabaje codo a codo con el Gobierno, ya que demuestra que no hay una política monetaria independiente con la finalidad de una moneda sana, sino que lo que se busca son otros fines como reactivar la economía.
La foto de la autoridad monetaria con los referentes de la política no es una buena imagen para los mercados.
¿La suba del dólar impacta en esta inflación, que todavía no se puede controlar?
Es un debate abierto entre economistas. Sin dudas la volatilidad del verano se ve reflejada en la suba y baja del dólar, que tuvo finalmente una tendencia a la suba.
De alguna manera hay que reconocer que impacta en los precios porque hay insumos importados y productos que dependen del dólar. Pero al fin de cuentas la inflación siempre es un fenómeno monetario. Si a fin de año terminamos con una inflación del 20 %, esto indica que hay otro problema de fondo que tiene que ver con la monetización del déficit fiscal y con la política económica del Gobierno en general.
¿Con qué escenario económico se va a encontrar Macri en 2019 ante su posible intento de reelección?
Imagino un panorama mejor que en 2015. Después de una actividad económica que había estado estancada durante cinco años, vamos a ver un crecimiento, que a pesar de una caída en 2016, se creció casi un 3 % en 2017, se va a crecer entre 2,5 y 3 % en 2018 y seguramente se crezca un 3 % en 2019 empujado por la obra pública en un año electoral, lo que le daría un escenario posible a Macri para ser reelecto.
A pesar de la sequía, los precios son buenos y se ve un crecimiento en distintas áreas que es un dato positivo. En el ámbito de la inflación vimos una baja del 41 % al 25 %, que este año puede terminar en 20 % y para 2019 en el año electoral puede estar alrededor del 17 %.
A pesar de no llegar a cumplir con la promesa de un dígito, la caída va a ser un hecho, a pesar de que todavía no está en los números que queremos los argentinos.
En relación a la pobreza el Gobierno arrancó con un 33 %, que hasta ahora redujo al 28 y de mantenerse estas proyecciones del crecimiento, terminaría el mandato con un 26 %.
El balance de los 4 años va a haber sido positivo ya que tendremos una economía sin control de cambios, con retenciones (impuestos agropecuarios) más bajas, con una economía que ya no está en default y que busca insertarse en el mundo.
Macri también podrá mostrar una clara reducción de la inflación en comparación a cuando empezó. Donde tenemos problemas todavía es en el ámbito fiscal, donde no se redujo el gasto público y en la presión tributaria, que continúa siendo muy alta.