
Seguramente se trate de una de las propuestas predilectas de los libertarios alrededor del mundo. En Argentina nunca fue parte de la discusión política, hasta este momento. El polémico diputado de Salta Alfredo Olmedo presentó un proyecto para cerrar el Banco Central y así terminar con los ciclos constantes de inflación, déficit y crisis. Aunque la iniciativa no cuente con el apoyo para ser discutida con posibilidades de sanción, el tema ya se discutió en los medios nacionales y dejó de estar circunscripto al mundo académico.
El contexto
La corrida contra el dólar de la última semana, y la nueva devaluación del peso, inquietó el humor de la clase política. Como es costumbre, en Argentina cada vez que asoma una crisis parece ser el momento donde aparecen oídos receptivos para propuestas más “extremas”. Históricamente, en las situaciones económicas complejas, los diputados de izquierda han conseguido mejores resultados y un mayor número de bancas, pero dada la crisis del kirchnerismo, hoy asoman otras voces.
Olmedo, portavoz de una de las propuestas libertarias por excelencia, no tiene mucho que ver con el espacio liberal. Incluso se ha manifestado en favor del regreso del servicio militar obligatorio. Políticamente se ubica entre el oficialismo y la oposición, sin hacer grandes compromisos con ningún espacio. Su pertenencia partidaria no está vinculada a los grandes partidos nacionales, sino que fue electo por una fuerza provincial, “Salta somos todos”.
Probar trabajando y cerrando el Banco Central
Sin duda que la irrupción mediática de los economistas Javier Milei y José Luis Espert, autor del bestseller “La Argentina devorada”, tuvieron alguna influencia en el diputado salteño. Tras el fenómeno masivo de los dos especialistas, la propuesta dejó de ser considerada un “delirio”. El contexto inflacionario, que fue estigma del kirchnerismo y que no tiene solución durante el macrismo, contribuye a la viabilidad de la propuesta.
En las declaraciones a los medios, Olmedo, como si fuese un economista liberal, hizo énfasis en el vicio de los gobiernos de financiarse con la emisión y puso de ejemplo a Hong Kong para mostrar de que se puede vivir sin monopolio monetario:
“¿Saben cómo se termina con la inflación y la corrupción? Por un lado, como yo planteo, hay que probar trabajando, pero hay que cerrar el Banco Central. A los empleados se los reestructurará en otro lado, no es ese el problema. El problema es que cada vez que hay un problema económico en un Gobierno, le dan a la maquinita para tratar de solucionar las cosas, pero cada vez lo agravan más. Cuando hay una inflación y hay corrupción de dinero, el único que la paga es el que menos tiene. Hong Kong no tiene banco central y es el país número uno en el mundo. Y nosotros no teníamos hasta 1930, que no sé si fue el abuelo o el padre de Pinedo el que puso el Banco Central”.