Anoche se realizó la segunda y última parte del debate presidencial que reunió a Mauricio Macri, Alberto Fernández, Roberto Lavagna, José Luis Espert, Juan José Gómez Centurión y a Nicolás del Caño. El presidente llegó confiado luego de la multitudinaria marcha del sábado y estuvo más picante en sus intercambios con el ganador de las primarias, el candidato del Frente de Todos.
Los cruces entre Macri y Fernández fueron lo más usual del debate, ya que solían empezar y terminar con las acusaciones al competidor directo. Por una lado, estuvieron las referencias al autoritarismo pasado y, por el otro, el mal resultado de la gestión económica de los últimos cuatro años.
A diferencia de la última semana, en el debate la mayoría de los candidatos se mostró más suelto, salvo los casos de Lavagna y Gómez Centurión que mantuvieron la misma postura rígida de la primera edición, aunque mejoraron su performance en el manejo de los tiempos.
A grandes líneas, Macri llamó a no volver al pasado, Fernández hizo un discurso opositor sin grandes propuestas y del Caño insistió con las viejas recetas socialistas. El candidato del Frente de Izquierda hasta llamó a repartir “la cantidad de horas de empleo” de la economía argentina entre todas las personas (con empleo y sin trabajo) para terminar con el problema del desempleo. Por su parte, Espert salió fortalecido de los debates y fue percibido por los analistas como el de propuestas más sólidas y concretas.
Las perlitas de la jornada
Como era de esperar, la segunda edición del debate tuvo sus momentos más destacados, que fueron comentados al instante en redes sociales. Uno de ellos fue el del candidato de izquierda Nicolás del Caño, que comparó al postulante a la vicepresidencia del oficialismo, Miguel Ángel Pichetto, con Micky Vainilla. El personaje en cuestión es una creación del cómico argentino Diego Capusotto, que emula a un cantante de pop de gran similitud a Hitler. Durante la campaña, Pichetto mantuvo un fuerte discurso en contra de los subsidios y planes sociales, y propuso dinamitar los lugares de venta de droga en los asentamientos.
Otro de los momentos más mencionados fue la referencia al padre del presidente, Franco Macri. En un momento, Fernández señaló que su rival espero hasta el fallecimiento de su padre para responsabilizarlo por los negocios entre el grupo Macri y el Estado. El presidente argentino lo cuestionó por evocar “a alguien que ya no está en este mundo”. Pero lejos de quedarse a la defensiva, el presidente le respondió que más difícil era que él no se haya dado cuenta de la corrupción del kirchnerismo mientras fue funcionario.
En el corte, ambos candidatos mantuvieron un cruce fuera de cámaras: Macri lo atacó por el golpe bajo y Fernández lo acusó de “inmoral” por haberlo mezclado en las causas de corrupción del kirchnerismo, mientras afirmaba que no hay causas en su contra.
El mejor cierre, sin dudas, estuvo a cargo de José Luis Espert. El economista liberal dio en el punto cuando le dijo al presidente Macri que durante estos cuatro años “no supo, no quiso o no pudo” darle solución a los problemas de los argentinos. En la misma intervención aprovechó para dejar en claro que las propuestas de Fernández y del Frente de Todos no son ninguna solución: “Si lleva adelante el grueso de sus propuestas le dejará a la Argentina una crisis que dejará chiquitita a la de Macri”.
Luego de las jornadas, los primeros comentarios coincidieron en que el economista tuvo un desempeño muy sólido, y de esta manera se posiciona como un referente opositor luego de las elecciones del 27 de octubre. Al finalizar su exposición, Espert señaló: “el futuro es liberal”.