En 2015, Cristina Fernández de Kircher llegó, como se dice en términos futbolísticos, “pidiendo la hora”. El modelo populista de déficit fiscal, proteccionismo, Estado enorme y de tarifas subsidiadas, no daba para más. Cualquier cosa sirvió para llegar a diciembre de ese año: las ventas de “dólar futuro”, los acuerdos con China y la emisión descontrolada le dieron una mano a CFK, que renunció un día antes del final de su mandato. Cabe recordar que se fue así para no ponerle la banda presidencial a Mauricio Macri. Aunque la inflación era altísima, había control de cambios y problemas serios en materia energética, no había estallado la bomba. La inflación no llegó a ser hiper y no hubo colapso total de una economía que, aunque estaba en clarísima decadencia, seguía funcionando.
El comentario, casi empático, para con Macri era uno solo por esos días: “Pobre, deberá tener que desarticular una bomba que le deja el peronismo, que se va antes que reviente”. Cuatro años después, haciendo un balance de Cambiemos, lo único que se comenzó a corregir es el tema de las tafiras subsidiadas, que de a poco van acercándose a los precios reales. El problema de fondo, que no es otra cosa que un Estado inviable/impagable, sigue ahí. La buena imagen de el presidente saliente en el exterior y ante los organismos de crédito internacionales le dieron la posibilidad de un financiamiento irresponsable, que en cierta manera empeora la herencia de 2015. Ahora hay que hacer las mismas reformas que hace cuatro años, pero también hay que pagar la deuda por posponer las medidas impopulares durante la gestión macrista.
Para Cachanosky, asume un peronismo “sin caja”
Según el conductor del Informe Económico, por primera vez hay un peronismo que llega al poder imposibilitado de financiar la demagogia de campaña. Para Roberto Cachanosky, la promesa de “poner dinero en los bolsillos de la gente” no es posible y Alberto Fernández no tiene tiempo. “Carece de margen de maniobra”, señaló el economista liberal.
¿Cómo hace un gobierno populista “para no defaultear las promesas de campaña ni empeorar rápidamente la situación económica partiendo de una caja cero”? Es la pregunta que se hace Cachanosky. Seguramente a partir del año que viene se vea una cosa u otra: o el colapso económico o la traición al electorado kirchnerista. No hay espacio para terceras opciones.
El gabinete ya tiene fecha de anuncio
Alberto Fernández confirmó que no esperará a asumir para nombrar a sus principales colaboradores. El gabinete del próximo gobierno peronista será presentado públicamente el viernes 6 de diciembre, cuatro días antes del cambio de mando.
Hasta ahora los rumores ubican a Daniel Arroyo en Desarrollo Social, a “Wado” de Pedro (hombre de CFK) en el ministerio del Interior -en un primero momento se dijo que iría a Justicia-, Ginés González García a Salud y Felipe Solá tendría como destino la cancillería. Si bien en un primer momento el Palacio San Martín estaba palabrado para Jorge Argüello, al final su destino sería la embajada en Washington.
La cartera de Economía es un secreto bajo siete llaves y muchos aseguran que es el punto de debate más candente entre los Fernández. Alberto tenía la intención de ubicar en la cartera clave a Guillermo Nielsen, pero la expresidente habría puesto bolilla negra. Esta nominación diría mucho del rumbo de la próxima administración, pero por ahora habrá que esperar.