Para muchos analistas políticos, el Frente de Todos es una coalición peronista “atada con alambres”. Si bien pudieron todos juntos canalizar el descontento por el desempeño económico del macrismo, las distintas facciones peronistas que conforman el actual oficialismo forman un espacio que podría ser descrito, como mínimo, de heterogéneo.
Si bien festejaron colectivamente el resultado de la elección del 27 de octubre, hasta hace muy poquito Sergio Massa decía que no volvería nunca más al kirchnerismo, ya que era una “etapa terminada”. La expresidente, según confirmó una escucha judical, consideraba que el dirigente de Tigre se trataba, literalmente, de “un hijo de puta”, al que había que “embocar”. Por su parte, Alberto Fernández, que se fue del kirchnerismo con durísimas críticas, llegó a manifestar que no reconocía absolutamente nada del segundo mandato de Cristina, al que le cuestionó, entre otras cosas, un desempeño paupérrimo en lo económico y una autoritaria intervención en la justicia.
Hoy, a un mes de gobierno, el rejunte peronista comienza a mostrar sus grietas internas.
“Tiene que definir de qué lado está”
Si hay una dirigente que expresa al kirchnerimo más extremo, ella es Hebe de Bonafini. La titular de Madres de Plaza de Mayo volvió a ser noticia luego de increpar al presidente argentino con relación a los detenidos por la corrupción durante los anteriores gobiernos K. “Por eso Señor Presidente debe decidir de qué lado está: si con el Poder Judicial, mayoritariamente corrupto, o con los presos políticos”, señaló ayer Bonafini.
La tesis del kirchnerista es que personajes como el exvicepresidente Amado Boudou o el exministro de Planificación Federal Julio de Vido, no se encuentran detenidos por hechos de corrupción, sino que se tratan de presos políticos. El presidente argentino esta semana aseguró que en el país “no hay presos políticos”, sino “detenciones arbitrarias”. La posición intermedia, ciertamente lógica si se tiene en cuenta que debe cogobernar con el kirchnerismo, hizo enojar a más de uno dentro del espacio más duro de la expresidente. Las palabras de Bonafini no hicieron otra cosa que manifestar publicamente un quiebre interno que podría tener consecuencias más serias a futuro.
“No creo en el suicidio de Nisman”
El flamante presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa, se refirió a la muerte del fiscal que denunció a Cristina Kirchner. En el quinto aniversario del fallecimiento de Alberto Nisman, el diputado manifestó que no cree que se haya suicidado. No parecía que la actitud que traía previo a su fallecimiento sea la actitud de alguien que piensa en suicidarse; en todo caso, intuitivamente,creo más en el homicidio o en el suicidio inducido”, afirmó Massa esta mañana en una entrevista radial.
Cabe destacar que para el kirchnerismo, como para sus escribas en los medios de comunicación públicos y privados, el fiscal decidió terminar con su vida, luego de supuestamente haber sido traicionado por los servicios de inteligencia. Esta tesis rebuscada y poco probable, busca plantear el argumento que exagentes de la SIDE habrían engañado al fiscal con la promesa de una cantidad de evidencia que jamás llegó, por lo que Nisman habría decidido suicidarse antes de presentarse en el Congreso.
Más allá de todo, Cristina presidente
En medio de los conflictos internos del oficialismo, Cristina Kirchner se dará el mayor de los gustos: volver a ser presidente…o presidenta, como le gusta decir a ella. Alberto Fernández viajará a Israel el 23 de enero en el marco de su primer viaje como jefe de Estado y la expresdidente, actual vicepresidente, volverá a ser la cabeza del Poder Ejecutivo argentino. Al menos por un tiempo…