A esta altura del partido uno ya no sabe si los legisladores peronistas son tontos (por ser delicado) o se hacen. Las regulaciones a los contratos de alquileres que aprobaron (con los votos del resto de los partidos políticos) ya están dando resultado. Bueno, no el que ellos buscaban, pero sí el único resultado posible científicamente hablando.
A mayor intervención en cuanto a la obligatoriedad de los precios, los plazos y el acuerdo (que debería ser entre privados), más personas deciden quitar sus departamentos del mercado inmobiliario. La historia es repetida y el ciclo es siempre el mismo: los desajustes fiscales terminan destruyendo la moneda mediante la emisión de papel pintado y los precios se disparan. Cuando las cosas se vuelven inaccesibles para los trabajadores de menores ingresos llegan las regulaciones de precios. En los supermercados las góndolas se vacían, pero el mismo fenómeno se repite de una forma u otra en todos los ámbitos. El mercado inmobiliario se seca y la gente no puede alquilar.
Pero como si lo que está pasando no fuera del todo claro, los legisladores porteños justicialistas ahora quieren dar un nuevo paso en falso, buscando apagar un incendio con combustible. Esperando que las propiedades se pongan en alquiler, los diputados peronistas de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires tienen una idea mágica: un nuevo impuestazo a la “vivienda ociosa”. El cálculo que están evaluando es incrementar un 30 % el Alumbrado, Barrido y Limpieza (ABL).
En el último censo, que data del año 2015, se evidenció que en la capital hay aproximadamente 140 mil viviendas vacías. Los burócratas del peronismo piensan que ahora, ante el mal incentivo, la gente va a decidir poner las propiedades en el mercado. Están equivocados.
Como fracasó (y fracasarán) las leyes que pretenden regular los contratos, este ridículo plan tendrá el mismo destino. A lo sumo lo único que se podrá advertirse a partir de ese momento serán contratos falsos a los ojos del Estado, mentiras en las encuestas oficiales y más trámites inútiles que serán un nuevo aporte a la ineficiencia argentina, que en lo que mejor se especializa es en perder el tiempo en cuestiones improductivas.
Una vez más advertimos que si se insiste en esta dirección, lo único que se logrará es agravar la crisis habitacional de la ciudad de Buenos Aires. La historia, el análisis económico, el sentido común, la ley de la oferta y la demanda y la evidencia empírica así lo indican.